
- La característica más importante de un testamento es la división de la herencia en tres partes: la legítima, el tercio de mejora y el tercio de libre disposición
- En cuanto al tercio de libre disposición, está libre de cualquier restricción legal
- Las cosas se complican mucho más cuando no existe testamento. En ese caso, el ordenamiento jurídico activa la sucesión intestada
¿Qué ocurre con la herencia cuando no hay hijos? ¿Y si el fallecido no estaba casado? El ordenamiento español contempla la mayoría de situaciones de reparto de la herencia según la situación familiar del fallecido. A pesar de ello, es muy probable que surjan dudas a la hora de determinar qué ocurre con la herencia si no hay hijos, o qué sucede cuando el fallecido no tenía descendientes ni cónyuge.
Para averiguarlo, en primer lugar es necesario comprobar si existe un testamento válido y, especialmente en el caso de no haberlo, tener en cuenta lo que dispone el derecho de sucesiones. A continuación repasamos a quién corresponde la herencia en los distintos casos posibles, especialmente el caso de quién hereda si no hay hijos.
¿Quién hereda si no hay hijos? Analizamos todos los casos
En el caso de que haya cónyuge, antes de repartir la herencia deberá realizarse la liquidación matrimonial.
Para determinar quién tiene derecho a recibir una herencia sin hijos, debe prestarse atención a distintas variables. Como veremos más adelante, el testamento es una de las más importantes. Sin embargo, también hay que tener en cuenta la situación familiar del fallecido, es decir, si tiene un cónyuge reconocido ante la Ley y si los padres del fallecido están vivos, puesto que es probable que les corresponda una parte de la herencia.
Cabe señalar que, en el caso de que haya cónyuge, antes de repartir la herencia deberá realizarse la liquidación matrimonial. En el caso de un matrimonio en régimen de gananciales, los bienes que fueran co-propiedad del fallecido y su cónyuge se dividirán en dos.
Eso significa que el bien determinado se venderá y el cónyuge superviviente recibirá la mitad de su propiedad, mientras que la otra mitad (propiedad del cónyuge fallecido) se repartirá de acuerdo con las normas de reparto de la herencia. En el caso de la separación de bienes, lo que entrará a formar parte de esa herencia serán, como es natural, los bienes a nombre del fallecido.
Aclarado lo anterior, a continuación exploramos las distintas posibilidades de reparto de la herencia sin hijos según el caso específico:
- Con testamento:
- Con cónyuge: La presencia de un testamento hace mucho más sencillo el reparto de los bienes. Lo más importante es que se respete la legítima: si hay un cónyuge, los padres deberán recibir un tercio de la herencia. Así, en caso de que los padres del fallecido estuvieran todavía con vida, serían ellos quienes recibirían el tercio. A su vez, el cónyuge tendrá derecho al usufructo de la mitad de la herencia, aunque legalmente los propietarios sean los ascendientes. Si los padres del fallecido no estuvieran vivos, el cónyuge heredaría la mitad de los bienes como legítima, y el resto se repartiría en función del testamento.
- Sin cónyuge:En el caso de que el fallecido no tenga ni hijos ni cónyuge, la legítima corresponde a los ascendientes, y en ausencia de estos, a los hermanos y los sobrinos.Cabe señalar que, al no haber cónyuge, la legítima de los padres aumenta para comprender la mitad de los bienes del fallecido, mientras que el resto se reparte según lo que indica el testamento.
- Sin testamento:
- Con cónyuge: Cuando la sucesión debe repartirse sin testamento, se abre automáticamente el reparto en función de la legítima. Cuando una persona muere y no tiene hijos, quien hereda a continuación son sus ascendientes. Si los ascendientes tampoco están vivos, entonces los bienes corresponden al cónyuge de forma íntegra. Aunque los padres del fallecido estén vivos, el reconocimiento legal del matrimonio sigue otorgando al cónyuge el derecho de usufructo de la mitad de la herencia. En consecuencia, el cónyuge podrá hacer uso de esa parte de la herencia sin ser su propietario legal, y estará obligado a no dañar ni alterar los bienes que forman parte de ella.
- Sin cónyuge: En el caso de la herencia sin hijos ni cónyuge, el Derecho civil prevé la extensión de la línea sucesoria hasta el cuarto grado de parentesco. En la práctica, eso significa que los siguientes herederos serían, como en los anteriores casos, los ascendientes del fallecido y, si estos no estuvieran vivos, los hermanos y los sobrinos del fallecido. Más allá de estos familiares, el vínculo de parentesco se prolonga hasta incluir los tíos del fallecido, los primos hermanos, los tíos y los sobrinos segundos. Si el fallecido no tiene parientes con vida hasta el cuarto grado de parentesco, el Código Civil determina que el Estado heredará sus bienes. Por supuesto, esto último solo se aplica si no existe un testamento que nombre a otras personas que puedan recibir la herencia.
La importancia del testamento: que ocurre con la herencia si hay o no
Como hemos visto, el testamento es una herramienta clave para averiguar quién recibe los bienes del fallecido. También en el caso de un testamento sin hijos, este documento legal tiene una influencia determinante a la hora de repartir la herencia entre otros familiares y terceros.
La característica más importante de un testamento es la división de la herencia en tres partes: la legítima, el tercio de mejora y el tercio de libre disposición. Como hemos mencionado, la primera corresponde legalmente a los herederos forzosos, es decir, a los descendientes, los ascendientes y el cónyuge.
En cuanto a la segunda, la ley permite usarla para mejorar la parte de algún descendiente hasta los bisnietos. En cuanto al tercio de libre disposición, está libre de cualquier restricción legal como su nombre indica, y por tanto puede concederse a personas distintas de los herederos legales.
Por supuesto, las cosas se complican mucho más cuando no existe testamento. En ese caso, el ordenamiento jurídico activa la sucesión intestada, es decir, el reparto de los bienes entre los familiares del fallecido. Además de llevar a desacuerdos entre herederos, es probable que parientes más lejanos o incluso un cónyuge no reconocido legalmente no lleguen a disfrutar nunca de la herencia. Por ese motivo, siempre es recomendable dejar por escrito nuestra voluntad.
Ejemplo práctico sobre una herencia sin hijos
Para ver con más claridad cómo funciona la herencia de un matrimonio sin hijos, veamos dos ejemplos prácticos según si hay testamento o no:
- Con testamento: Si el cónyuge fallece y ha dejado testamento, al viudo o viuda le corresponde al menos el usufructo de la mitad de la herencia. Además de ello, recibirá la parte del tercio de libre disposición que haya determinado el fallecido.
Por poner un ejemplo práctico, si estuviéramos hablando de la repartición de una casa, la mitad de la misma pertenecería al cónyuge, mientras que la otra mitad pertenecería a la masa hereditaria. De esa segunda mitad, el 50% corresponde al cónyuge en usufructo (goce y disfrute, pero no propiedad) mientras que el tercio de esa mitad es para los padres, por legítima. - Sin testamento: Una vez que se abre la sucesión intestada, el cónyuge viudo sigue teniendo derecho al usufructo de la mitad de la herencia, que pasará a ser propiedad de los ascendientes del fallecido. Si estos ya han fallecido, el cónyuge es nombrado heredero único, siempre y cuando su matrimonio haya sido reconocido legalmente.
El testamento on-line, una opción flexible
Aunque la ley regula con bastante claridad el reparto de los bienes, es importante recordar que la sucesión intestada es solo una medida de seguridad ante la ausencia de un testamento. Dejar que sea el Derecho civil el que se encargue de la herencia suele llevar a un reparto distinto del que habríamos deseado y, en los peores casos, a disputas entre familiares.
Ante esta posibilidad, lo más recomendable es siempre hacer un testamento en el que dejemos clara nuestra voluntad, a fin de que todos nuestros seres queridos puedan disfrutar de nuestro legado. Por suerte, nunca ha sido tan sencillo como ahora: el seguro de decesos de Occident permite realizar un testamento online fácilmente modificable, además de proporcionar asesoramiento jurídico para garantizar que nuestra voluntad se cumpla.