Colocar la L del coche tras obtener el permiso de conducir es un momento muy especial para todo conductor, ya que por fin puedes conducir un vehículo y disfrutar de la autonomía que esto te dará. Es ese momento en el que ya eres conductor, un conductor novel.
La famosa L tiene su origen en el término inglés “learner”, que se traduce como “aprendiz”. Es obligatorio llevarla de forma visible en la luna trasera del coche, concretamente en el lado izquierdo, durante el primer año de conducción.
Este indicativo debe cumplir con una normativa específica en cuanto al tipo de material, dimensiones y nivel de refracción. La L del novel tiene una altura de 19,5 cm y alcanza 15 cm de anchura.
Si te acabas de sacar el carnet de conducir, tendrás fresca la teoría al respecto y sabrás que te pueden poner una multa si no llevas la L de forma correcta. Pero, más allá de la sanción, su importancia radica en los beneficios que te puede aportar ya que con ella adviertes a los demás de tu falta de práctica y así se previenen multitud de posibles accidentes.
Los riesgos de los primeros viajes al volante
Un conductor novel, por su falta de experiencia al volante, puede tener más riesgo de verse involucrado en un accidente. Aunque también es cierto que la prudencia es una virtud que, puesta en práctica en los primeros meses al volante, así como el respecto al código de circulación y no bajar la guardia durante la conducción, harán que no tengas ningún percance en tu etapa de conductor novel.
Por tanto, recomendamos ser muy precavidos conduciendo los primeros años de carnet, y especialmente durante la etapa de conductor novel, ya que un lío con el embrague en una cuesta, un despiste en un paso de cebra o que se cale el motor en medio de la carretera son situaciones que se pueden dar y para las que hay que estar muy atentos para evitar un siniestro.
Para conducir seguro y tener el respaldo que necesitas si se produce un accidente, por ley es obligatorio conducir con el vehículo asegurado. Los accidentes que puedan ocurrir pueden perjudicar también a otras personas, por lo que contar con un seguro de coche a terceros, o un seguro de coche a todo riesgo que incluya una buena cobertura de responsabilidad civil es crucial si te acabas de sacar el carnet de conducir.
El antes y el después de la L del coche
Conducir bien requiere una experiencia que se consigue con el paso del tiempo. Hay que ser cauto y a la vez contar con muchos refllejos para responder de manera precisa en los adelantamientos, las incorporaciones o en las salidas de una autovía, por ejemplo.
Si quieres convertirte en un buen conductor, debes aprovechar el primer año y ponerte al volante con frecuencia, de lo contrario puede que llegue el momento de retirar la L del coche y que aún sigas conduciendo de manera similar al primer día. Esta situación es bastante peligrosa porque el resto de usuarios te considerarán como un conductor experimentado y no tendrán en cuenta tus posibles descuidos de principiante.
Lo esperado es que tras un año conduciendo ya no se cometan determinados fallos. En ese momento ya se ha ganado soltura y la conducción es más segura. La diferencia fundamental entre un conductor novel y el resto es, sencillamente, cuestión de horas en carretera.
Si este artículo te ha parecido interesante, síguenos en Facebook y Twitter para estar a la última en otros temas similares.