Una de las principales ventajas que generó la Ley 18/2022, conocida popularmente como la Ley Crea y Crece para los emprendedores es la facilidad para iniciar en determinados tipos de empresa. A partir de su entrada en vigor en 2022, son varios los negocios que no necesitan licencia de actividad para ponerse en marcha, lo que supone la posibilidad de abrir en muy pocas horas.
Así pues, si estás valorando la opción de emprender, es posible que te interese conocer cuáles son los negocios que no necesitan licencia de actividad al iniciar para saber si tu idea se encuentra entre ellos. Sea como fuere, a continuación te contamos toda la información relativa a este tipo de emprendimientos y los primeros pasos que necesitarás recorrer para comenzar.
La licencia de actividad o licencia de apertura es un trámite que habitualmente ha sido imprescindible para abrir un negocio. Consiste en un permiso que otorga el ayuntamiento de la localidad en la que se emplace el establecimiento y está destinado a certificar las condiciones higiénicas, sanitarias, medioambientales y técnicas imprescindibles para el inicio de la actividad prevista.
Desde la aparición de la mencionada Ley Crea y Crece, este paso continúa siendo obligatorio en gran parte de los emprendimientos, pero en su intención de agilizar este tipo de trámites se han establecido una serie de negocios que no necesitan licencia de actividad para empezar a funcionar. Se trata de aquellas actividades que se consideran inocuas.
Las actividades que se consideran inocuas son aquellas que no generan ningún tipo de impacto, daño o molestia en el plano medioambiental. En este sentido se tienen en cuenta la toxicidad de los residuos, los ruidos, los olores o las vibraciones. También se incluyen aquí las actividades que no pueden afectar de ningún modo la estructura de ningún edificio, bienes públicos y, por supuesto, la salud y el bienestar de los ciudadanos.
Los negocios que no necesitan licencia de actividad se pueden clasificar en dos grupos que nos dan pistas acerca de cuáles son los emprendimientos que pueden iniciarse sin este permiso. Esta tipificación gira nuevamente en torno al posible impacto que el negocio pueda llegar a generar a nivel medioambiental y personal. Éstas son las dos posibilidades a estos efectos:
Pero si hablamos de negocios que no necesitan licencia de actividad, es importante indicar cuáles son los emprendimientos que pueden acogerse a esta facilidad burocrática. Aunque siempre es importante revisar las normativas de cada comunidad autónoma al respecto, podemos hablar de cuatro grupos de actividades que no requieren de este permiso en sus inicios.
Cuando se inicia un negocio dedicado a los sectores de la mensajería o las telecomunicaciones, la licencia de actividad no será imprescindible siempre y cuando las instalaciones necesarias para el emprendimiento no sean de gran tamaño ni afecten en ningún caso a la comunidad de vecinos de su entorno.
Cualquier establecimiento dedicado a la venta al por menor de productos que no generen riesgos a la población tiene la posibilidad de abrir sin licencia. Hablamos, entre otros ejemplos, de librerías o comercios de calzado y textil; en definitiva, cualquier comercialización de bienes de consumo que no revista posibles riesgos en materia de seguridad o de salud.
Otro tipo de negocios que no necesitan licencia de actividad son aquellas organizaciones dedicadas al desarrollo de sondeos de opinión o investigaciones de mercado. Nos encontramos, de nuevo, ante una actividad que no presenta ningún impacto en el ámbito medioambiental o sanitario, lo que explica la posibilidad de iniciar sin permisos.
Por último, la prestación de servicios profesionales que necesitan de conocimientos específicos para su desarrollo y que muy habitualmente se desarrollan para otras organizaciones, también forma parte de los negocios que no necesitan licencia de actividad para abrir sus puertas. Aquí podemos destacar emprendimientos como los servicios legales, de contabilidad o de consultoría y asesoría, entre otros.
Independientemente de la obligatoriedad o no de obtener una licencia de actividad, existen una serie de exigencias a la hora de dar de alta cualquier negocio. Es cierto que no todos los pasos son inherentes a cualquier tipo de emprendimiento, pero sea cual sea tu situación, antes de comenzar deberás afrontar, al menos, alguna de las siguientes fases habituales:
El alta en el RETA -Régimen Especial de Trabajadores Autónomos- es una de las primeras fases al inicio de un negocio por parte de una persona física. Es decir, es un trámite exclusivo para autónomos y, si éste es tu caso, deberás llevarlo a cabo. Además, esto supone el comienzo del pago de tus cotizaciones mensuales en función de la base de cotización que te corresponda.
Cuando se trata de abrir un negocio, independientemente de si te vas a dar de alta como autónomo o como empresa, es imprescindible que te des de alta en el Censo de empresarios, profesionales y retenedores, para lo cual deberás cumplimentar y presentar el modelo 036 o el modelo 037. Es un paso que tendrás que afrontar cuando inicies una nueva actividad profesional o empresarial en España.
Si facturas menos de un millón de euros al año puedes saltar esta etapa, de lo contrario, la inscripción en el Impuesto de Actividades Económicas -concretamente en el epígrafe del IAE que se corresponda con tu actividad- es obligatoria para ti, tanto si eres autónomo como si has abierto una empresa, siempre y cuando desarrolles tu actividad en España.
Otro paso imprescindible en el caso de las empresas reside en el registro mercantil, que debe llevarse a cabo en la provincia en la cual se instala la sede de la organización. Este paso implica registrar documentos como el libro de registro de socios, el libro diario, el libro de inventarios, el libro de actas o las cuentas anuales, entre otros.
Finalmente, es importante que cierres la fase inicial en la apertura de tu empresa con la obtención del certificado electrónico, el documento que te permitirá ejecutar todo tipo de trámites digitales relacionados con tu emprendimiento ante la administración pública. Se trata de un trámite imprescindible a la hora de llevar a cabo operaciones telemáticas.
El primer requisito en torno a este proceso es que revises detenidamente si en tu comunidad autónoma tu emprendimiento se encuentra entre los negocios que no necesitan licencia de actividad, además de prestar atención a otras posibles exigencias, tanto de carácter regional como de carácter local. Por último, no requerir este permiso puede implicar la necesidad de presentar una declaración responsable, algo muy habitual en estos casos.
Muchos de los negocios que no necesitan licencia de actividad se corresponden con el sector del comercio o se desarrollan en oficinas, ya que se trata de emprendimientos inocuos que no generan ningún tipo de peligro. No obstante, sigue siendo imprescindible proteger el negocio a nivel fiscal, legal y ante posibles daños a terceros, entre otras situaciones.
Por tanto, independientemente del ámbito al que pertenezcan, los negocios que no necesitan licencia de actividad necesitan protegerse ante determinados riesgos a través de mecanismos como el seguro de oficinas, el seguro de comercio o el seguro de responsabilidad civil para autónomos, que Occident pone a tu disposición desde el momento de la apertura de tu emprendimiento.
Cuando hablamos de la licencia de actividad, hay una serie de negocios que no la necesitan, que son básicamente aquellos que ejercen actividades inocuas para el medioambiente y la salud.
Mientras que la licencia de apertura está relacionada únicamente con abrir un establecimiento físico o local, la licencia de actividad se refiere al ejercicio de operaciones económicas, tanto físicas como digitales.
Para saber si un establecimiento tiene licencia de actividad basta con asistir al ayuntamiento de la localidad y solicitar información al respecto, siempre que puedas aportar datos que certifiquen la propiedad del mismo.