Seguro que en alguna ocasión has oído hablar del certificado final de obra, un documento que certifica la culminación de todos los trabajos relativos a la construcción de un inmueble, pero que va mucho más allá de esto por sus implicaciones prácticas y legales.
Entender en qué consiste, cómo obtenerlo y quién debe encargarse de emitirlo y firmarlo puede ser de gran utilidad para evitar problemas -que también conviene conocer- en torno a este documento. En este artículo respondemos todo lo que necesitas saber sobre el certificado final de obra y los documentos que lo componen.
El certificado final de obra es el documento que certifica la finalización de un proceso de construcción o reforma en trabajos de gran envergadura, así como su alineación con el proyecto previsto con anterioridad, a través del cual se habían concedido las licencias necesarias para la ejecución de la obra. En definitiva, es un paso imprescindible para entregar legalmente un inmueble.
Mientras el certificado final de obra sirve principalmente para garantizar que el resultado de la obra cumple con lo proyectado, el acta final de obra se utiliza para obtener la escritura de una obra nueva e inscribirla en el Registro de la Propiedad, por lo que debe obtenerse en una notaría.
Por su parte, el acta de recepción definitiva es el documento que confirma la entrega del inmueble a sus propietarios -o a un promotor inmobiliario- y determina el inicio del seguro decenal -la garantía ante posibles defectos en la construcción para los primeros 10 años desde su entrega-.
La regulación legal del certificado final de obra está recogido en el artículo 6 de la Ley de Ordenación de la Edificación, en el cual se indica que el documento debe reflejar la fecha de conclusión de la obra y que, a partir de la misma, no pueden pasar más de 30 días hasta su entrega al promotor del inmueble o sus propietarios.
Para que el certificado final de obra cumpla con su cometido es necesario que incluya una serie de datos en relación con los trabajos de construcción realizados y el tipo de proyecto que se entrega. Su validez depende del contenido del documento y para que éste sea correcto debe contener principalmente la siguiente información:
Además de la información intrínseca al certificado final de obra, que como decimos es imprescindible, también es esencial que sus responsables adjunten algunos documentos en su entrega. Aunque no siempre son necesarios los mismos certificados, siempre se exige la entrega de algunos de los siguientes anexos para confirmar el correcto desarrollo de la obra:
Otra cuestión fundamental en la validez del certificado final de obra es, como hemos señalado, la firma de los agentes responsables implicados en el proceso de construcción. Pero, ¿quiénes son los responsables técnicos de los que hablamos? El director de obra y el director de ejecución de la obra, que juegan papeles diferentes pese a las similitudes en su denominación:
El director de la obra debe firmar el CFO para certificar la fecha en la que ha concluido la construcción bajo su mando y que ésta cumple con lo diseñado previamente en el proyecto y los aspectos técnicos, contractuales y urbanísticos que forman parte de su desarrollo.
Por su parte, la firma del director de ejecución de la obra en el CFO certifica que éste ha cumplido con su papel a lo largo del trabajo de edificación, controlando la calidad de la construcción y el cumplimiento de las normas tanto a nivel cualitativo como cuantitativo.
Como decimos, la tramitación del documento corre a cargo de los técnicos implicados en el desarrollo del proyecto de construcción, en ningún caso a los receptores de la obra. Para su correcto desarrollo, estos profesionales deben obtener el modelo de Certificado Final de Obra en su correspondiente colegio oficial de arquitectos de forma gratuita.
El CFO se emite una vez finalizado el proceso de edificación o reforma del inmueble y debe entregarse en un plazo máximo de 30 días después de su fecha de emisión. Recordemos que se trata de un documento necesario en la ejecución de reformas mayores y construcciones de nuevas viviendas, además de la obtención de una cédula de habitabilidad.
El precio de este documento puede variar en función del tipo de construcción y su envergadura, la ubicación geográfica del proyecto y los honorarios del profesional que lo ejecute. No obstante, el certificado de obra no suele afrontarse como un gasto particular, sino como una partida más del presupuesto inicial del arquitecto, concretamente en el área de dirección de la obra -en torno a un 30% de su coste-.
En general, la mayoría de comunidades autónomas exigen el certificado final de obra en la solicitud de la cédula de habitabilidad y todos los ayuntamientos lo demandan para conceder la licencia de primera ocupación. Por tanto, junto al certificado de eficiencia energética, es un documento obligatorio para ocupar legalmente una vivienda y confirmar sus condiciones de habitabilidad.
Teniendo en cuenta que se trata de un documento obligatorio, no es posible habitar una vivienda que carezca de certificado final de obra, y lo mismo sucede cuando se trata de poner el inmueble en venta o alquiler. En muchos casos, de hecho, ni siquiera es posible dar de alta los suministros sin esta información que, al fin y al cabo, acredita que la vivienda ofrece las condiciones mínimas para ser habitada.
Una de las aplicaciones fundamentales del certificado final de obra reside en la formalización de pólizas de seguros relacionadas con la construcción, tanto en los procesos de trabajo como en el uso posterior del inmueble. Sin ir más lejos, es un documento que se exige en la contratación del seguro decenal, destinado a cubrir posibles daños por defectos en la construcción durante los primeros 10 años tras su entrega.
Así pues, el certificado final de obra tiene una gran relevancia al término del trabajo, del mismo modo que un presupuesto de obra correcto la tiene en los comienzos de la edificación. Hablamos en todo momento de documentos que requieren del total compromiso por parte de la empresa constructora y el resto de agentes implicados en las tareas de construcción.
El certificado final de obra es un documento que se emite cuando el proceso de construcción o reforma ha concluido por completo, con un plazo máximo de 30 días después de la entrega del inmueble al promotor o al propietario.
El certificado final de obra es imprescindible para habitar una vivienda, comercializarla o alquilarla, ya que es un documento destinado a certificar que el inmueble reúne las condiciones mínimas de habitabilidad.
Como profesional, puedes obtener el modelo para el certificado final de obra en tu colegio oficial de arquitectos; como cliente, es el director de obra quien debe proporcionarte este documento a la finalización de la construcción.