Ser autónomo en España implica asumir responsabilidades, tanto en la gestión de tu negocio como en el cumplimiento de tus obligaciones fiscales. La fiscalidad es un tema crucial, ya que si no se lleva al día y siguiendo las normativas podría haber sanciones o multas. En esta guía completa, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre la fiscalidad para autónomos, desde los impuestos a pagar hasta las deducciones fiscales que puedes aprovechar.
Los autónomos en España deben cumplir con diversas obligaciones fiscales. Los principales son:
Este es el impuesto más relevante para los autónomos, ya que afecta directamente a sus ingresos. A diferencia de los trabajadores asalariados, los autónomos deben presentar declaraciones trimestrales de IRPF a través del modelo 130 (estimación directa) o el modelo 131 (estimación objetiva). Al final del año, deben presentar la declaración de la renta anual.
Los autónomos que realizan actividades económicas deben facturar el IVA correspondiente (generalmente al 21%, aunque existen tipos reducidos del 10% y 4%). Cada trimestre deben presentar el modelo 303 para liquidar el IVA recaudado, y a final de año, el modelo 390 de resumen anual.
Aunque el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) solo aplica a aquellos autónomos que facturan más de un millón de euros anuales, es importante conocerlo. Si tu facturación supera esta cantidad, deberás darte de alta y pagar este impuesto.
Como autónomo, debes tener en cuenta las retenciones de IRPF que se aplican a tus facturas. En general, la retención es del 15%, aunque para nuevos autónomos es del 7% durante los dos primeros años. Esta retención se calcula sobre el monto total de la factura antes de agregar el IVA.
Es importante destacar que esta retención solamente es obligatoria cuando el destinatario de la factura es una empresa o un profesional, no un particular. Las retenciones se declaran trimestralmente a través del modelo 111.
Los autónomos pueden elegir entre dos regímenes para calcular su base imponible de IRPF: estimación directa y estimación objetiva (módulos).
La elección entre ambos regímenes depende de la actividad económica, la facturación y la estructura de costes del negocio.
Una de las ventajas de ser autónomo es la capacidad de deducir ciertos gastos vinculados a la actividad económica, lo que ayuda a disminuir la carga fiscal. Las deducciones más comunes incluyen:
Es fundamental mantener una buena contabilidad y guardar todas las facturas y justificantes para poder acreditar estos gastos en caso de inspección.
En 2024, entraron en vigor algunas novedades fiscales que afectan a los autónomos:
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La fiscalidad para autónomos puede parecer complicada, pero con la información adecuada y una buena gestión, es posible cumplir con todas las obligaciones fiscales sin problemas. Mantente al día con las novedades, planifica tus pagos y consulta a profesionales cuando sea necesario para asegurarte de estar siempre en regla y optimizar tu carga fiscal.
No presentar declaraciones a tiempo puede dar como resultado sanciones económicas, recargos sobre el importe a pagar y, en casos graves, procedimientos de inspección con sanciones severas.
El incumplimiento de la facturación electrónica puede conllevar multas de la Agencia Tributaria y dificultar la gestión comercial, afectando las relaciones con clientes y proveedores.
Los autónomos que trabajan desde casa pueden deducir gastos proporcionales de vivienda, material de oficina, servicios profesionales, mantenimiento y gastos de telefonía, siempre que estén relacionados con su actividad.