Aprender cómo aislar una pared es importante por muchos motivos, principalmente por el confort de las estancias de un inmueble. Este argumento tiene repercusión en muchas otras razones que justifican esta inversión, aunque se trata de una reforma que, en algunos casos, se puede incluso llevar a cabo sencillamente sin necesidad de contratar el servicio.
Ahora bien, para ejecutar un trabajo de estas características no basta únicamente con saber cómo aislar una pared, también necesitas conocer los principales materiales para hacerlo para escoger el más adecuado en tu caso. A continuación te explicamos ambas cosas y te recordamos las principales ventajas de aplicar esta mejora.
El principal secreto para aprender cómo aislar una pared reside en la elección del material adecuado en cada caso. Y es que el mercado pone a tu disposición infinidad de productos aislantes, pero no todos son adecuados en cualquier entorno. Antes de tomar una decisión, conviene tener en cuenta las condiciones climáticas del lugar y la estructura del inmueble donde se aplicará alguna de las siguientes posibilidades:
El poliestireno expandido es muy interesante por dos razones: principalmente, sus características son idóneas para el aislamiento térmico y acústico, ya que es resistente, ligero y muestra una rigidez que lo hace más resistente que otras alternativas. Por otro lado, la posibilidad de encontrarlo en diversas modalidades, como en perlas, composiciones mixtas con otros materiales y, las opciones más habituales, planchas decorativas o placas para el interior de la pared.
En el caso del poliestireno extruido hablamos de un aislante similar al anterior, pero que incrementa sus prestaciones de resistencia a factores como la humedad o la compresión, lo que se traduce en una larga vida útil. Se aplica mediante planchas muy ligeras y su instalación es una de las más sencillas que encontrarás en este listado.
La celulosa, por su parte, cuenta con muchas ventajas y algún inconveniente perfectamente remediable. Empezando por el final, encontramos menos resistencia al fuego y a la humedad que en otros materiales, si bien es posible someterla a tratamientos para modificar esta característica. En cuanto a sus virtudes, la sostenibilidad -se compone de papel reciclado- y la adaptabilidad al espacio la convierten en una solución ideal si te planteas cómo aislar una pared.
Aunque en el mercado se producen diversas composiciones de poliuretano prefabricadas, como el poliuretano conformado, las planchas o los paneles sándwich, una de sus principales virtudes también es la adaptabilidad: ya que se aplica mediante una espuma que solidifica posteriormente. ¿Y cómo aislante qué tal? Pues te ofrece excelentes prestaciones a nivel térmico, acústico e impermeabilizante y una gran durabilidad gracias a su resistencia.
En lugares que presentan un riesgo elevado de incendio la lana mineral es una apuesta perfecta, ya que es un compuesto incombustible. Este aislante acústico y térmico se elabora a partir de la fundición de vidrio o de minerales -generalmente rocas basálticas o arena- y un procesado posterior que lo convierten en una solución muy ligera y resistente.
Esta alternativa para aislar una pared consiste en una combinación que incorpora alguna de las opciones mencionadas anteriormente -lana mineral, poliestireno o poliuretano- con algún tipo de pintura texturizada o revestimientos acrílicos. El panel Therm In es un aislante más estético, por lo que sirve para interiores y exteriores, e incorpora nuevas variables de aislamiento a las virtudes que ya presenta el material seleccionado.
Por último, uno de los mejores aislantes que puedes encontrar a nivel acústico es el yeso laminado, que combina una placa de este material con una capa de celulosa tratada en cada uno de sus lados. Su instalación es muy sencilla, ya que se vende en placas, y es un material incombustible y muy resistente a la humedad, además de ser sostenible.
Fuera de los materiales empleados para aislar una pared también es importante tener en cuenta la técnica a emplear, que varía mucho en función del espacio en el que vayamos a aplicar el aislante. Fundamentalmente encontramos una diferencia clave a estos efectos: si el producto se aplica en la fachada o en una pared interior del inmueble, tal como vemos a continuación.
Para entender cómo aislar una pared de fachada conviene indicar que el trabajo en este caso siempre es exterior: se utiliza para detectar y sellar todos los puentes térmicos y prevenir la aparición de humedad y moho. En este sentido, puedes escoger entre un sistema de aislamiento térmico exterior -revestimiento mediante mortero mineral aislante- o aislamiento por fachada ventilada, que emplea una estructura metálica que soporte un revestimiento metálico o cerámico.
Como aislar una pared no siempre es posible, ya que en algunos casos implica modificar una fachada de uso compartido -principalmente en comunidades de vecinos-, existen distintas opciones para aplicar lo que se conoce como trasdosado, un aislamiento interior que ofrece tres opciones: directo, semidirecto y autoportante, que combinan placas de yeso con otros materiales -previamente incorporado, en placas independientes o sobre una estructura de acero galvanizado, respectivamente-.
En edificaciones más recientes, que incorporan cámara de aire entre la fachada y los muros internos, suele utilizarse un tipo de aislamiento que consiste en rellenar este hueco, habitualmente con la inyección de la mencionada espuma de poliuretano, que se adapta al espacio existente y ofrece una gran resistencia más allá del aislamiento térmico y acústico.
Lo cierto es que, pese a que pueda parecer complicado, es fácil aislar una pared cuando has elegido los materiales adecuados, sobre todo cuando se trata de aplicar un aislante interior en las paredes de un inmueble. Para lograrlo con éxito únicamente necesitas escoger un material en planchas y seguir los siguientes pasos en su instalación:
Como has visto, muchos de los materiales más recurrentes a la hora de aislar una pared se comercializan en placas que, además, generalmente presentan una medida estandarizada. Así pues -independientemente de la solución escogida- el primer paso para llevar a cabo este trabajo es tomar medidas de la superficie en cuestión.
Al tratarse de elementos de medidas estandarizadas, la probabilidad de que encuentres placas, planchas o paneles que encajen a la perfección con la superficie a aislar es considerablemente baja: corta el producto en el tamaño que necesites para adaptarlo a la perfección y prepara el resto de materiales necesarios en la instalación -masillas, tacos, tornillos y taladro, entre otros-.
El momento clave para saber cómo aislar una pared reside en la colocación de los materiales. Cuando se trata de placas, que es lo más habitual, la principal recomendación es comenzar de abajo arriba -no importa si partes desde la izquierda o desde la derecha- y taladrar y atornillar cada una de las planchas cada vez que la ubiques con un agujero en cada esquina para después disimular el tornillo con la aplicación de masilla.
Más allá del propio aislante que instales en tu pared, existen una serie de recomendaciones que pueden ayudarte a sacar más partido a este aislante, como saber escoger la pintura adecuada: existen productos antihumedad y anticondensación que te ayudarán a mantener la temperatura. Por otro lado, si incluyes elementos decorativos como estanterías y alfombras y cortinas gruesas multiplicarás el aislamiento propiciado con la reforma.
Aunque a día de hoy es importante saber cómo aislar una pared, ya que existen infinidad de construcciones que no incorporan esta característica, cada vez es más habitual que las nuevas edificaciones incorporen técnicas de aislamiento de primer nivel. Al fin y al cabo, las exigencias sobre la sostenibilidad en el sector de la construcción son cada vez mayores.
Y es que el aislamiento de las paredes, tanto a nivel térmico como con respecto a las humedades, tiene un peso considerable en la habitabilidad de las viviendas y el funcionamiento de los negocios. Por eso es una de las reformas más demandadas en los últimos años, un trabajo que requiere de la máxima protección posible teniendo en cuenta la antigüedad de muchos de los inmuebles en los que se aplica.
El yeso laminado, la celulosa -que también aparece en las composiciones de yeso laminado- y la lana mineral son los materiales más sostenibles a la hora de aislar paredes, ya que son reciclables -en algunos casos también reciclados- y su producción e instalación genera un bajo impacto medioambiental.
Por la adaptabilidad del compuesto al espacio disponible, su facilidad de instalación y su ligereza, la espuma de poliuretano y la lana mineral son los principales materiales para aislar una pared interior.
En inmuebles donde el aislamiento térmico apunta en las dos direcciones del termómetro, porque la variabilidad térmica es muy alta a lo largo del año, conviene instalar un aislante que cumpla con su cometido en cualquier condición térmica, y el más adecuado en este sentido es la lana mineral.