El síndrome del colon irritable es una de las dolencias más frecuentes del aparato digestivo: cerca del 15% de españoles padece esta enfermedad. Aunque los profesionales de la medicina pueden diagnosticarlo con bastante facilidad, en algunas ocasiones se confunde con otras patologías similares. Además, a menudo los indicios de esta enfermedad no son lo bastante graves para identificarlo a primera vista.
Por ese motivo, es importante tener en cuenta los síntomas del síndrome del colon irritable. En este post hablaremos sobre esta dolencia: te indicaremos las formas de detectarlo y los mejores tratamientos para aliviar esta enfermedad crónica.
Síntomas del colon irritable: ¿Cómo podemos detectarlo?
Los síntomas del síndrome de intestino irritable (o SII) son variables, y existen tres subtipos diferentes de esta enfermedad según los síntomas que provoca. Sin embargo, todas las variantes del SII tienen en común su carácter crónico: los problemas que genera el síndrome del colon irritable se mantienen durante un periodo de tiempo prolongado.
Los síntomas más comunes son los siguientes:
- Dolor e hinchazón en el abdomen: El dolor abdominal es un fenómeno normal de vez en cuando, pero puede ser signo de SII. Hay que acudir a un especialista cuando el dolor se produce durante la evacuación intestinal, y sobre todo si no desaparece después de unos días.
- Trastornos en el tránsito intestinal y cambios de aspecto en las deposiciones: Alternar periodos de diarrea y estreñimiento de forma periódica es uno de los principales síntomas del síndrome, que también suele provocar sonidos en el intestino.
- Cambios de frecuencia en la evacuación: El síndrome del colon irritable altera la regularidad habitual con la que vamos al baño, por lo que es necesario estar atento a la frecuencia con que evacuamos.
Por lo general, estos síntomas varían su intensidad a lo largo del tiempo, pero no desaparecen por completo en ningún momento. Los signos del síndrome son más intensos después de levantarnos y de comer, y pueden alargarse durante horas o incluso días.
¿Es igual en hombres que en mujeres?
El síndrome del intestino irritable no afecta a toda la población con la misma frecuencia. Es mucho más habitual entre las mujeres: su probabilidad de desarrollar el SII es casi dos veces mayor que la de los hombres. Además, existe otro factor de riesgo para las mujeres: la terapia con estrógenos para la menopausia puede aumentar las posibilidades de sufrir esta dolencia.
Tratamiento y cura del síndrome de colon irritable
El síndrome de colon irritable es una enfermedad crónica, por lo que no existe una cura definitiva. Las personas que lo padecen sufren los síntomas de forma recurrente aunque con una intensidad variable, en función de factores como su predisposición genética o su alimentación.
Por suerte, eso significa que es posible tomar una serie de medidas para aliviar y controlar los síntomas. Algunas de las mejores formas de tratar el síndrome del intestino irritable son:
- Alimentación: La mejor manera de reducir los síntomas del SII es hacer cambios en nuestra dieta. Consumir alimentos ricos en fibras mejora nuestro tránsito, e incorporar alimentos fermentados fortalece nuestra flora intestinal. Además, es recomendable evitar el azúcar de la fruta, las bebidas gaseosas o alcohólicas y los alimentos fritos.
- Desarrollar hábitos alimentarios: Más allá de lo que comemos, seguir unas pautas saludables de conducta alimentaria también es beneficioso para aliviar la dolencia. Es muy recomendable beber un litro y medio de agua al día, y comer despacio y siempre a la misma hora sin llenarse.
- Medicamentos: En función de tus síntomas, el médico te recetará suplementos de fibra, laxantes o medicamentos antidiarreicos entre otros. Los tratamientos son muy variables, por lo que es importante consultarlo primero.
La nutrición, una clave para aliviar los síntomas
Como has visto, la alimentación es una de las claves para convivir con el síndrome del intestino irritable. La mayoría de los hábitos que alivian los síntomas son fáciles de adquirir, y son recomendables incluso para gente que no padece esta enfermedad.
Sin embargo, es importante tomar precauciones y contar con ayuda externa. Recuerda que también puedes cuidar tu salud con un seguro de decesos, que te da acceso a atención médica especializada. Además, contratar una cobertura de bienestar y salud con especialistas en nutrición puede ayudarte a realizar los cambios que necesites en tu alimentación.