Síncope vasovagal por estrés: aspectos que debes conocer

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El síncope vasovagal por estrés emocional es uno de los tipos de desmayo más frecuentes que hay. Por si en algún momento te sucede a ti o a alguien de tu entorno, en este artículo te contamos qué es, por qué se produce un síncope, los principales tipos que hay y qué hacer en este tipo de situaciones.

Qué es un síncope vasovagal

Empezando por el principio, un síncope vasovagal es una pérdida brusca de conocimiento debido a una disminución del flujo de sangre en el cerebro. Suelen ser desmayos que no duran más de 4 o 5 minutos y cuya recuperación es muy rápida, sin que se experimente somnolencia en los momentos posteriores.

Además, para entender qué es un síncope vasovagal cabe destacar que normalmente hay un mecanismo neuromediado que reduce la frecuencia cardiaca y baja la presión arterial, lo que hace que la sangre no fluya al cerebro y se produzca el síncope vasovagal. Este desmayo recibe este nombre porque el mecanismo se activa a través del nervio vago, que es el que controla el sistema nervioso parasimpático.

Sabiendo por qué se produce un síncope y viendo un desmayo, es posible que pienses que esa persona tiene un problema grave de salud, pero lo cierto es que no es peligroso más allá del daño que pueda hacerse en la caída. No obstante, si presentas o sospechas que padeces alguno de estos patrones es recomendable acudir a un médico y saber cómo tratar la situación.

Tipos de síncope que existen

Aunque el síncope vasovagal por estrés es uno de los más comunes, lo cierto es que existen otros tipos cuyas características debes conocer:

  • Neuromediados situacionales: se produce cuando una situación estimula el nervio vago, provocando que la presión arterial baje significativamente. Algunos ejemplos son ponerse de pie después de haber estado tumbado durante muchas horas seguidas, estar de pie durante largos periodos de tiempo, hacer deporte muy intensamente o toser enérgicamente.
  • Cardiovasculares: al contrario que el síncope vasovagal por estrés, este tipo de síncope sí es peligroso, ya que el bombeo de sangre se altera repentinamente, ya sea por una malformación congénita o por una arritmia cardiaca. Cuando sucede, el paciente normalmente está tumbado o haciendo ejercicio físico y nota unas palpitaciones antes de que tenga lugar. Sin embargo, solo 1 de cada 10 síncopes son de tipo cardiovascular.

¿Y el síncope producido por el estrés?

Finalmente, el tercer tipo es el síncope vasovagal por estrés, en el que el estímulo del nervio vago es provocado por una emoción intensa. Algunos ejemplos son ver algo muy desagradable, recibir una mala noticia o ver sangre en el caso de las personas aprensivas. En general, son situaciones de emociones muy fuertes, así que es importante ser conscientes de ello por si alguien se desmaya en este tipo de circunstancias.
En cuanto a los síntomas de un síncope vasovagal por estrés, algunos de los más frecuentes justo antes de que suceda son tener la piel pálida, aturdimiento, visión de túnel, náuseas, sensación de calor y visión borrosa. Asimismo, durante el episodio la persona tendrá movimientos bruscos, las pupilas dilatadas y el pulso débil.

Qué hacer ante un síncope y cómo evitar un síncope vasovagal

Una de las preguntas que te estarás haciendo ahora mismo es qué hacer ante un síncope vasovagal en otra persona. En primer lugar, hay que favorecer que la sangre llegue a la cabeza del paciente, por lo que se le debe tumbar y elevar sus piernas moderadamente. Además, también es conveniente aflojar la ropa que lleve puesta para favorecer el flujo de la sangre. Asimismo, ponerse de pie rápidamente puede aumentar la probabilidad de sufrir otro desmayo, así que es aconsejable que el paciente permanezca tumbado durante unos 15 o 30 minutos antes de levantarse.
En el caso de que el paciente no se recupere en segundos o en muy pocos minutos, es posible que se trate de un síncope cardiovascular y habría que llamar a emergencias. Más tarde se usaría un desfibrilador y el cardiólogo le haría las pruebas pertinentes para determinar si existe alguna arritmia.
Hablando de cómo evitar un síncope vasovagal, es recomendable evitar estar mucho tiempo de pie, permanecer en lugares calurosos y mal ventilados, estar muchas horas sin comer y levantarse bruscamente, además de ser consciente de la importancia de hidratarse frecuentemente.

Si notas que estás cerca de un desmayo, recuéstate y levanta las piernas con el fin de que la sangre siga fluyendo hacia tu cerebro. En el caso de que tumbarte no sea posible, trata de sentarte y coloca la cabeza entre las rodillas mientras intentas llamar a alguien para que esté junto a ti.

Ante un síncope vasovagal, estar preparados es fundamental

En definitiva, es importante saber qué hacer ante un síncope vasovagal para estar preparados en caso de que ocurra y entender de qué se trata, para ello desde Occident disponen del servicio Bienestar y Salud con el que estarás completamente cubierto ante cualquier duda médica, pues su cuadro médico estará para tratar, tranquilizar al paciente y al resto de los presentes.

Por supuesto, aunque la recuperación sea rápida y aparentemente todas sus constantes vuelvan a la normalidad, lo más sensato es acudir al médico para que estudie si hay algún tipo de problema cardiaco.

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