¿Cómo reparar el cierre de una ventana corredera?


reparar el cierre de una ventana corredera

Arreglar el cierre de una ventana corredera es una tarea común en casa. Como ocurre con todo lo que usamos a diario, con el paso del tiempo puede dar problemas por deterioro o por falta de ajuste o encaje, y generar incomodidad, inseguridad e incluso dudas sobre la eficiencia energética de tu vivienda. ¿Se estará perdiendo calor sin que lo notes?

La buena noticia es que,si se trata de un problema menor, puede arreglarse en cuestión de minutos y sin conocimientos técnicos. Te contamos cómo hacerlo si quieres intentarlo por tu cuenta antes de llamar a un especialista.

¿Por qué es importante reparar el cierre de una ventana corredera?

Si tu ventana corredera no cierra bien desde hace tiempo, puede parecerte un problema menor o que no te genera demasiadas molestias al abrirla y cerrarla. Sin embargo, es recomendable arreglarla en cuanto sea posible.

Uno de los motivos más importantes para hacerlo es la eficiencia energética, sobre todo en lo que respecta al aislamiento térmico y acústico. Como indica la Guía Práctica de la Energía del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, entre el 25% y el 30% de nuestras necesidades de calefacción se deben a las pérdidas que se originan en las ventanas. Por tanto, mejorar el aislamiento térmico te ayuda a ahorrar y a mantener el confort en el hogar. La entrada de aire frío y húmedo no solo resulta desagradable, sino que también aumenta la humedad en el interior de la vivienda.

Además, una ventana que no cierra bien reduce la seguridad del hogar, motivo por el cual las autoridades insisten tanto en reforzarlas. Los Mossos d’Esquadra, por ejemplo, indican que los ladrones suelen aprovechar elementos de la estructura para acceder a las viviendas, y aconsejan reforzar ventanas y puertas con rejas, barrotes, sensores de apertura o incluso dispositivos de alarma.

¿Cuánto se tarda en reparar un cierre de ventana?

Un simple ajuste de tornillos o piezas puede llevarte muy poco tiempo, incluso menos de 5 minutos. Si necesitas sustituir una pieza, tendrás que sumar el tiempo de ir a la ferretería a encontrar el repuesto. En caso de que se trate de una reparación más compleja, podría llevarte una mañana o tarde completa. 

¿Qué herramientas necesitas para hacer la reparación?

Las herramientas que vas a utilizar dependen del origen del problema. Estas son algunas de las más habituales:

  • Destornillador de estrella.
  • Juego de llaves Allen.
  • Lubricante. 

Nuestro consejo es que, ya que vas a reservar tiempo para ocuparte del arreglo, aproveches también para hacer una limpieza a fondo, que puede servir para mejorar el deslizamiento de la ventana. Ten también a la mano un cepillo o una aspiradora pequeña, además de trapos.

¿Cuáles son los problemas más comunes en ventanas correderas?

Arreglar una ventana abatible o corredera que no cierra bien es una tarea frecuente en los hogares, pero no es el único inconveniente que puedes encontrarte:

  • Acumulación de suciedad, polvo, pelos o arena, que pueden dificultar el deslizamiento.
  • Desgaste de las ruedas o de la pista de aluminio por la que se deslizan.
  • Desajustes y descompensación de las hojas.

¿Cómo reparar paso a paso el cierre de una ventana corredera?

El cierre puede requerir un simple ajuste o la sustitución de alguna pieza. Te contamos cómo hacerlo y repasamos también algunas soluciones habituales a otros problemas con las ventanas. 

1. Limpia las guías o pistas por donde se desliza la ventana

Utiliza una pequeña aspiradora o cepillo (puede servirte un cepillo de dientes viejo) para retirar la suciedad acumulada. ¡Puede haber más de la que imaginas! Insectos como las avispas alfareras pueden dejar residuos, así que es conveniente usar a fondo tanto la aspiradora con boquilla fina o cepillo como trapos húmedos. 

2. Lubrica las pistas con un producto específico para aluminio 

Cuando la ventana esté limpia y seca, aplica un lubricante en aerosol adecuado sobre la superficie de los rieles o guías, es decir, por donde se desliza la hoja. Mueve esta de un lado a otro varias veces para que se distribuya bien y fíjate en la diferencia.

3. Revisa y reemplaza las ruedas o rieles si están desgastados

¿La ventana sigue desplazándose con cierta dificultad y notas pequeños obstáculos o saltos? Es posible que el problema esté en los rodamientos o en las pequeñas ruedas que facilitan el deslizamiento. El ruido al abrir y cerrar la ventana, así como los arañazos en las guías son señales habituales.

Para revisar y sustituir las ruedas, en su caso, necesitarás desmontar la ventana. En muchos modelos, basta con levantarla para extraerla de la pista inferior.

Una vez fuera, revisa los rodamientos en la parte inferior. ¿Están deformados, rotos o atascados? ¿Giran con dificultad? En ese caso, lo mejor es reemplazarlos. 

Para sacar las ruedas y colocar las nuevas, deberás retirar el marco de aluminio. Esto suele implicar quitar los tornillos de los soportes de plástico con un destornillador, así como la silicona que sella la junta entre el cristal y el marco. Lleva las ruedas a sustituir a una ferretería para que te ayuden a identificar el modelo y adquirir los repuestos adecuados. 

4. Ajusta el marco si la ventana no cierra correctamente

Es posible que el problema no esté en el cierre, sino que la ventana parece descolgada de un lado o desequilibrada. La solución puede ser tan sencilla como recolocar las hojas correctamente. Sin embargo, la causa también puede estar en las ruedas, ya que alguna podría estar más alta o más baja y desajustar la hoja.

Para ajustar las ruedas, necesitarás extraer la ventana y localizar los tornillos de regulación, normalmente situados en la parte inferior o lateral de la hoja, cerca de las ruedas. Puedes apretarlos al máximo para que el rodamiento se eleve ligeramente, y luego volver a colocar la ventana para comprobar cómo se desliza. Si el problema continúa, será necesario seguir ajustando, es decir, apretar o aflojar según sea necesario.

La tarea puede ser tediosa porque será necesario atornillar y desatornillar los soportes de plástico del lateral cada vez que retires y coloques la ventana para hacer pruebas. Aun así, este paso es necesario para asegurar un buen ajuste.

5. Verifica el estado del cierre y sustituye la pieza si está dañada 

Reparar el cierre de una ventana corredera de aluminio es más sencillo que ajustar los rodamientos. La solución dependerá de la causa exacta del problema, que, con frecuencia puede ser alguna de las siguientes:

  • Ajuste sin sustitución. Es posible que la pieza de cierre se haya caído o esté suelta, algo habitual cuando se afloja el tornillo del uñero o la manilla, es decir, el mecanismo que accionas cuando quieres abrir la ventana. Si se trata de un cierre tipo uñero, puedes solucionarlo colocando la pieza de cierre en el lateral y apretando el tornillo con una llave Allen apropiada (las del número 3 son muy habituales). Para ello, introduce la llave por el pequeño agujero que verás en la parte superior o inferior del cierre 
  • Sustitución del cierre. Si está muy estropeado o el ajuste anterior no funciona, afloja los tornillos superior e inferior del cierre con una llave Allen. Llévalo a una ferretería para que te suministren un recambio apropiado e instálalo con la misma llave Allen y, si es necesario, un destornillador.

Mantenimiento del cierre de ventanas

El desgaste es difícil de evitar cuando se trata de un elemento de uso diario, pero algunas tareas sencillas pueden ayudarte a mantener las ventanas en buen estado.  

Lubricación regular para un buen funcionamiento

Una o dos veces al año, al limpiar las ventanas, puedes aplicar lubricante para asegurar un deslizamiento perfecto. Aplícalo sobre los rieles o guías y mueve la ventana para que el producto se reparta de forma homogénea.  

Inspecciones periódicas personales

Aprovecha el momento de la limpieza para comprobar que el cierre funciona correctamente y que no hay piezas sueltas ni problemas de deslizamiento. Si detectas alguna anomalía, ocuparte cuanto antes puede evitar contratiempos mayores.

Olvídate de preocupaciones en tu hogar con Occident

Como hemos visto, arreglar el cierre de una ventana corredera puede llevar solo unos minutos, pero también puede requerir más tiempo, una visita a la ferretería o cierta pericia y conocimiento. La solución dependerá de la dificultad del problema, de tu disponibilidad y de tu habilidad para este tipo de tareas en el hogar. 

A veces, delegar la reparación en alguien con experiencia puede ahorrarte frustraciones y pérdida de tiempo. El seguro de hogar de Occident cuenta con el servicio Bricohogar, que te proporciona un profesional del bricolaje en un máximo de 48 horas. Además, el seguro también incorpora el servicio de Asistencia hogar para cualquier incidente que puedas tener en casa.

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