La torsión gástrica, también conocida como vólvulo gástrico, es una de las urgencias veterinarias más graves en perros. Su nombre técnico es síndrome de dilatación-torsión gástrica y se refiere a la rotación del estómago sobre su eje. Conviene diferenciarla de la dilatación, que implica acumulación excesiva de gases o fluidos, pero no tiene por qué derivar en torsión.
En circunstancias normales, el estómago de tu perro se llena de comida y gases que luego se eliminan. La torsión gástrica impide la salida de los restos de la digestión y bloquea la llegada de sangre a los órganos, lo que puede provocar un colapso si no se trata con urgencia. Por eso, te ayudamos a identificar los síntomas a tiempo y proteger la salud de tu perro.
Síntomas de la torsión gástrica en perros
La torsión gástrica es uno de los problemas de salud que requieren una atención veterinaria urgente. Detectar a tiempo el estómago volteado en perros es fundamental para asegurar un buen pronóstico de recuperación. Al principio, puede confundirse con un problema digestivo, por lo que te aconsejamos prestar atención en cuanto detectes algo sospechoso.
Cómo identificar los primeros signos
Algunos síntomas habituales de la torsión gástrica son:
- Hinchazón del abdomen, que suele estar duro al tacto.
- Arcadas secas, es decir, intentos fallidos de vomitar.
- Nerviosismo.
- Jadeo y babeo.
- Respiración acelerada o dificultosa.
- Postura poco común.
Estas señales pueden confundirse inicialmente con una indigestión. Si observas que se intensifican en muy poco tiempo, es conveniente que acudas al veterinario de inmediato.
Cuándo acudir de inmediato al veterinario
Cada minuto cuenta cuando se trata de una torsión gástrica. Es una situación de urgencia porque el giro bloquea la irrigación sanguínea, lo que conlleva riesgo de necrosis y fallo multiorgánico. Por lo tanto, en cuanto notes hinchazón del abdomen e intentos fallidos de vomitar, lo más recomendable es acudir a una clínica de inmediato. Así aumentarás las probabilidades de supervivencia y reducirás el riesgo de complicaciones tras la cirugía.
Causas y factores de riesgo
Hay una serie de causas habituales detrás de las torsiones gástricas, así como factores de riesgo que, al conocerlos, nos ayudan a mantener la atención y actuar a tiempo.
Razas y edades más propensas
Razas como el gran danés, san bernardo, pastor alemán, doberman, braco, weimaraner y setter irlandés pueden ser más vulnerables a la torsión gástrica, al tratarse de perros grandes con un tórax profundo.
Se estima que el riesgo aumenta con la edad, posiblemente por la pérdida de flexibilidad de los ligamentos que fijan y estabilizan el estómago. A partir de los 5 o 6 años, el riesgo es mayor.
Hábitos que aumentan el riesgo
Ciertos comportamientos pueden aumentar el riesgo de torsión gástrica:
- Comer muy deprisa. Ingerir grandes cantidades de comida rápidamente puede producir acumulación de gases.
- Ejercicio intenso después de comer. La actividad física con el estómago lleno aumenta el movimiento y puede favorecer la torsión. Si quieres salir a pasear con tu perro, es recomendable esperar al menos una hora después de comer.
- Comer o beber en exceso. Ingerir grandes cantidades de agua y comida en poco tiempo puede afectar negativamente. Es más recomendable repartir las raciones a lo largo del día, en lugar de ofrecer menos cantidad pero más abundante de una sola vez.
- Estrés o ansiedad. En sí misma, no es una condición que provoque la torsión gástrica directamente, pero puede influir.
- Problemas en el aparato digestivo. Si el perro padece enfermedades o anomalías en el píloro o los ligamentos conectados al estómago, también puede aumentar el riesgo.
Diagnóstico de la torsión gástrica
El veterinario suele comenzar consultando los datos del perro y haciendo preguntas al propietario, además de realizar una exploración física, especialmente por la zona abdominal. Una prueba clave que le ayuda a alcanzar un diagnóstico es la radiografía abdominal, que muestra el estómago dilatado y rotado.
Dependiendo de su estado, puede necesitar también analíticas de sangre, un electrocardiograma y mediciones continuas de la presión arterial.
En momentos como este, es muy útil contar con un seguro para mascotas. Puedes solicitar asesoramiento por teléfono y explicar los síntomas, así como realizar visitas presenciales a cualquier clínica de la amplia red asociada a Occident. Dependiendo de las condiciones de la póliza, tendrás cubiertos los gastos por accidente y enfermedad.
Tratamiento de la torsión gástrica
Lamentablemente, la torsión de estómago en un perro no se puede resolver con mero reposo o medicamentos administrados en casa. La única opción es operar cuanto antes.
Cirugía: el único tratamiento efectivo
Es frecuente que el veterinario siga estos pasos:
- Estabilización del perro. Se le administra fluido vía intravenosa y medicación.
- Sonda o trocarización de estómago. Dependiendo de la gravedad y la certeza de no dañar otros órganos, puede realizarse una punción externa para liberar aire del estómago.
- Recolocación. El veterinario manipula con cuidado el estómago del animal para volverlo a rotar y devolverlo a su posición natural.
- Evaluación de otros posibles daños. Se examina el estado del tejido afectado y otros órganos, como el bazo. Si ha sufrido daños graves, puede ser necesario extirparlo.
- Gastropexia. Consiste en fijar una parte del estómago a la pared costal para prevenir futuros casos.
- Control periódico en clínica. Dado que se trata de una patología grave, el perro necesitará un control veterinario exhaustivo. Puede quedarse ingresado en el centro durante 3 días o más, donde se le someterá a nuevos análisis, electrocardiogramas u otras pruebas, además de recibir tratamiento farmacológico o fluidoterapia.
- Alta. Cuando el veterinario considere que el perro no corre peligro y está recuperado, le dará el alta.
Se trata de una operación complicada, especialmente si el perro está en estado de shock o ha sufrido daños en los tejidos. Por eso es crucial acudir al veterinario cuanto antes.
Cuidados después de la cirugía
Después de un episodio tan desagradable y una cirugía tan compleja, querrás proporcionarle a tu perro mucho cariño y cuidados. Estos serán indispensables para su recuperación, junto a otros hábitos que el veterinario suele recomendar:
- Reinicio gradual de la alimentación. Según las indicaciones del veterinario, será conveniente comenzar con pequeñas raciones de alimento blando, que es más fácil de digerir.
- Reposo. Para favorecer la cicatrización sin riesgos, la actividad física moderada e intensa estará temporalmente descartada.
- Medicación. El veterinario puede prescribir tratamientos farmacológicos, como antibióticos. Sigue al pie de la letra las indicaciones dadas el día del alta.
- Revisiones. Según las citas asignadas, tendrás que volver a la clínica para que el veterinario compruebe la evolución, retire los puntos y realice nuevas pruebas exploratorias u otras, si lo considera necesario.
Tras la cirugía, el perro suele requerir hospitalización intensiva entre 24 y 72 horas para estabilización, y la recuperación en casa puede tardar de 2 a 4 semanas.
Pronóstico y posibles complicaciones
Ante la gravedad del problema, es posible que te hayas preguntado cuánto tiempo puede sobrevivir un perro con torsión gástrica. Las posibilidades de supervivencia disminuyen significativamente con el paso de las horas si no recibe atención médica, aumentando también los riesgos de complicaciones.
Por desgracia, el riesgo de recurrencia es muy alto, por esta razón se suele realizar la gastropexia, donde se fija el estómago a la pared abdominal durante la cirugía, con lo que el riesgo de que vuelva a ocurrir ya se reduce drásticamente.
Factores que influyen en la recuperación
Además del tiempo transcurrido desde que aparecen los síntomas hasta que se interviene, así como los posibles daños internos derivados de la torsión, también influye el estado general del animal. Una edad avanzada, la presencia de enfermedades previas y otras circunstancias, como la deshidratación, podrían influir negativamente en el pronóstico.
Según datos ofrecidos por la plataforma Vets & Clinics, en la actualidad se calcula que el porcentaje de éxito de recuperación tras la cirugía está en el 70%.
Complicaciones postoperatorias
La intervención quirúrgica de una torsión abdominal es efectiva en la mayoría de los casos, pero toda cirugía gastrointestinal puede conllevar algunos problemas durante el postoperatorio, tales como:
- Enfriamiento.
- Fiebre durante las primeras 12 horas.
- Tensión arterial baja.
- Infección de las heridas.
- Obstrucción intestinal.
- Pérdida de los puntos de sutura.
- Inflamación de tejidos.
- Contaminaciones o infecciones internas.
- Hemorragia.
- Inflamación del páncreas (pancreatitis).
Algunas complicaciones pueden aparecer durante la hospitalización y ser tratadas de inmediato. Otras, como la pérdida de puntos o la hemorragia, requieren que acudas de nuevo al veterinario lo antes posible.
Cómo prevenir la torsión gástrica en perros
No siempre es posible evitar la torsión gástrica, pero hay medidas que pueden reducir el riesgo.
Alimentación y horarios recomendados
En esencia, se trata de evitar los atracones. Para ello, puedes seguir estos consejos:
- Opta por varias raciones con menos cantidad de comida a lo largo del día, en lugar de una o dos raciones contundentes.
- Trata de educar a tu perro para que coma despacio y mastique bien, sin ansiedad. Los comederos de alimentación lenta pueden ser muy útiles.
- Elige piensos de calidad, adaptados a su peso y edad. Puedes alternar comida seca con comida húmeda.
- Establece unos horarios apropiados. No conviene que el perro coma o beba mucho justo antes o después de realizar ejercicio intenso. Tenlo en cuenta para programar las horas de salida y su alimentación.
- Procura que no beba gran cantidad de agua de una vez, sobre todo, tras realizar ejercicio. Ofrécesela poco a poco.
Ejercicio y hábitos saludables
En lo que respecta al ejercicio, además de cuadrar las horas de comidas y actividades para que haya suficiente entre tiempo entre ambas, hay otras recomendaciones útiles:
- Identifica posibles fuentes de estrés en el entorno, tanto en casa como en los lugares que frecuentáis. Trata de reducirlos en la medida de lo posible.
- No te saltes ninguna revisión periódica con tu veterinario, especialmente si se trata de un perro que presenta riesgos por su raza y edad.
- Considera una gastropexia preventiva. Esta cirugía que fija el estómago a la pared abdominal sirve para prevenir el vólvulo gástrico, especialmente en razas grandes. Consulta a tu veterinario sobre su idoneidad.
Riesgos y consecuencias
En resumen, la torsión gástrica es uno de los problemas más graves que puede sufrir un perro. El riesgo de mortalidad es alto si no recibe una intervención médica a tiempo, comenzando por su estabilización. La cirugía es el único remedio posible y, entre los cuidados posteriores, se deben establecer rutinas apropiadas. Ante cualquier signo sospechoso, especialmente arcadas e hinchazón, conviene actuar de inmediato.
En Occident cuidamos la salud de tu mascota
La torsión gástrica en perros genera cierto temor, especialmente entre los propietarios de razas grandes. Es importante conocer sus síntomas y posibles consecuencias para actuar de inmediato y asegurar siempre el bienestar de nuestra mascota.
En dicha tarea, el seguro de mascotas es un gran aliado, ya que cuenta con coberturas como la asistencia veterinaria e incluye los gastos quirúrgicos por torsión gástrica . La operación es compleja, pero te ayudaremos a afrontarla para que tu perro se recupere cuanto antes.