Lunares en perros: ¿son normales o debo preocuparme?


Lunares en perros: ¿son normales o debo preocuparme?

Los lunares en perros son comunes y, la mayoría de las veces, inofensivos. Si has acariciado a tu mejor amigo últimamente y has notado un pequeño lunar que no recuerdas haber visto antes, puede ser consecuencia de la acumulación de melanina.

Sin embargo, a veces los lunares requieren una revisión dermatológica que termine de despejar dudas. Informarte sobre el tipo y posibles causas de las manchas puede ayudarte a saber cuándo debes ocuparte y preguntar a tu veterinario.

¿Qué son los lunares en perros?

El lunar es una pequeña mancha causada por la acumulación de melanina, que es el pigmento natural que da color a la piel y el pelo. Es común en los perros y se pueden observar bien en zonas con menos pelo, como sucede con los lunares en la panza, las patas o alrededor del hocico.

Como en el caso de los humanos, estas motas son diferentes en tamaños, formas y tonalidades. Pueden estar presentes desde el nacimiento o aparecer con el paso del tiempo, y la mayoría de las veces no están asociados a problemas de salud.

¿Tipos de lunares en perros? 

Los perros tienen lunares diferentes que puedes reconocer fácilmente con observación:

  • Lunares oscuros. Son manchas planas y lisas de color marrón o negro que, la mayoría de las veces, son parte de su piel y pelaje.
  • Lunares con relieve. Sobresalen, se notan al tacto, y pueden ser de diferentes colores y formas. 
  • Lunares de carne. Son como pequeñas acumulaciones de piel del mismo color que el resto del cuerpo, generalmente, de una textura blanda. Pueden requerir una revisión veterinaria si cambian de tamaño, color o textura. 
  • Lunares de sangre. Tienen un color rojo o morado que indica que hay una acumulación de vasos sanguíneos bajo la piel. Pueden sangrar si el perro rasca la zona con cierta vehemencia, aunque lo más frecuente es que sean inofensivos.

Causas de la aparición de lunares en perros

Los lunares en los perros pueden ser de nacimiento o aparecer más adelante, pero ¿hay alguna causa que favorezca su desarrollo? Los factores genéticos, la exposición solar y los problemas de salud relacionados explican por qué le salen a los perros.

Factores genéticos y predisposición racial

El lunar en perros puede ser parte de su naturaleza y, en algunos casos, un rasgo distintivo de la raza. El dálmata, el setter inglés, el gran danés, el bóxer, el pastor alemán o el bulldog son propensos a tener lunares, sin que estos supongan problemas de salud.

Exposición solar y su impacto en la piel del perro

El sol también incide en la piel canina. La exposición a los rayos UV estimula la producción de melanina y favorece la aparición de lunares, especialmente, en los perros que tienen la piel clara o poco pelo. 

Problemas de salud relacionados

Patologías que pueden motivar la proliferación de lunares y otros cambios dermatológicos son:

  • Hiperadrenocorticismo o síndrome de Cushing. Se produce por un exceso de producción de cortisol, que se almacena en las glándulas suprarrenales y debilita el sistema inmunológico. También puede provocar pérdida de pelo o infecciones de piel recurrentes, según informa la FDA.
  • Hipotiroidismo. Sucede cuando la glándula tiroides, situada a ambos lados de la tráquea en los perros, no produce una cantidad suficiente de hormonas tiroideas. Es más frecuente en razas de perros medianas o grandes y, entre los síntomas que genera, está el aumento de grosor y oscurecimiento de la piel en algunas áreas. 

Una mancha que te genera dudas te puede llevar a preguntarte si son cancerosos los lunares en perros. Los canes pueden contraer cáncer de piel, algo a lo que son especialmente sensibles las razas con poco pelo. Un melanoma en la piel de los perros puede conllevar síntomas como lesiones cutáneas, cambios de coloración, bultos o acumulaciones similares a las verrugas.

¿Cuándo acudir al veterinario por un lunar en tu perro?

La posibilidad de detectar lunares malignos en perros nos recuerda la importancia de hacer revisiones periódicas. Al margen de estas visitas, conviene no esperar y acudir al especialista si observas algunas anomalías. 

Signos de alerta en los lunares

Señales relacionadas con los lunares a las que prestar atención son estas:

  • Cambio de tamaño, color o textura
  • Bordes irregulares o rugosos
  • Picor, enrojecimiento, ulceración o sangrado
  • Dolor al tacto del lunar
  • Aparición de nuevos lunares en poco tiempo

Un melanoma cercano a la boca puede dar lugar a síntomas como el mal aliento, el exceso de salivación, el sangrado, la dificultad para comer como habitualmente y la aparición de bultos o irregularidades que pueden deformar la cara del animal. 

Además, los lunares que aparecen en los ojos y las nariz también deberían ser revisados cuanto antes.

Importancia de realizar revisiones periódicas

Si tu perro vive contigo e interactúas con él con frecuencia, será más fácil que detectes señales. Nuestro consejo es que, en alguna sesión cotidiana de mimos, prestes especial atención y revises bien la cara, orejas, cuello, lomo, abdomen, muslos y patas

Las visitas periódicas al veterinario también ayudan a detectar a tiempo cualquier anomalía y suministrar el tratamiento más adecuado. Para diagnosticar un melanoma, por ejemplo, se necesita hacer un examen clínico completo, radiografías, análisis de sangre y/o biopsia.

El pronóstico de un cáncer depende mucho de su detección temprana. Si se identifica en sus primeras fases y se aplica un tratamiento adecuado, las probabilidades de controlarlo o curarlo son mayores. Por eso las revisiones periódicas son tan importantes. 

¿Qué hacer si encuentras un lunar sospechoso en tu perro?

¿Has visto algún lunar en tu perro con un aspecto que no te gusta o te genera dudas? Puedes seguir estos pasos:

  1. Observa su evolución durante unos días. Para saber si cambia de tamaño o color con el paso del tiempo. Para ayudarte a comparar, puedes hacer fotos.
  2. Observa el comportamiento de tu perro. Si se rasca o lame en la zona del lunar, es una señal para acudir al veterinario. Si no puedes llevarlo pronto, evita que se provoque heridas a sí mismo usando un collar isabelino o alguna otra medida de protección.
  3. Llévalo a la clínica veterinaria. Para que le realicen una revisión dermatológica más exhaustiva y le hagan pruebas para descartar o confirmar enfermedades.

Prevención y cuidado de la piel en perros

Algunas de las causas que provocan los lunares y patologías relacionadas se pueden minimizar con cuidados preventivos. 

Protección solar 

La piel de los perros también sufre la radiación UV, especialmente si es clara. Por eso lo ideal es evitar las horas centrales del día para pasear en días de sol, más aún con calor. 

Hay protectores solares especiales para mascotas con factor de protección ultravioleta (UFP) +50, que hidratan, protegen frente a los rayos UVA y UVB y son resistentes al agua. Se aplican sobre las zonas con escaso pelaje a proteger, especialmente abdomen, orejas, hocico o párpados. 

En perros con poco pelo, como el galgo o el xoloitzcuintle, son útiles las prendas especiales de protección, como los chalecos de invierno o las camisetas de verano.

Higiene y revisiones veterinarias regulares

Una buena rutina de higiene ayuda a prevenir infecciones y a detectar problemas en la piel a tiempo. Por eso es recomendable que cepilles a tu perro una o dos veces a la semana, o más si tiene pelo o rizado. 

El baño también es importante, aunque la frecuencia depende de cada perro y se deben usar productos específicos. En muchos casos, con un par de veces al año es suficiente para que lleve buena higiene sin resecar ni restar propiedades a su piel. En otros, la frecuencia tendrá que ser mayor por sus hábitos, pero no es recomendable hacerlo más de una vez al mes.

En cuanto a las visitas a la clínica veterinaria, en general, se recomienda llevar a los cachorros una vez al mes hasta que cumplan los 4 o 5 meses. Ayudará a descartar cualquier posible enfermedad de nacimiento. Los perros adultos en buen estado de salud se pueden llevar una vez al año. Cuando tengan una edad avanzada, alrededor de los 10 años o más, deberían someterse a revisión una vez cada 6 meses, aproximadamente. Es el propio veterinario el que mejor podrá aconsejar cada cuánto tiempo llevarlo.

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Los lunares en perros son habituales y suelen ser normales, pero las revisiones periódicas ayudan a detectar cualquier anomalía en ese órgano vital que es la piel de tu mascota. Por eso conviene prestar atención a nuestros animales y, en caso de que algo genere dudas, preguntar a un veterinario.

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