Ver a tu perro desanimado, con falta de apetito o cojo puede despertar tu preocupación. Quieres que esté bien y cualquier cambio en su actitud puede ponerte en alerta. Entre los problemas de salud que pueden aparecer, la enfermedad de Lyme en perros puede pasar desapercibida en un primer momento, pero detectarla será el primer paso para que tu mascota se sienta mejor cuanto antes.
Te contamos cuáles son las causas, qué medidas podrías poner en práctica para evitarla y qué señales te pueden alertar. Te adelantamos la buena noticia: tu perro puede recuperarse con un tratamiento adecuado en cuestión de unas cuatro semanas.
¿Cuáles son las causas de la enfermedad de Lyme?
Seguro que estás familiarizado con un pequeño animal muy desagradable al que le gusta enredarse en el pelo de tu perro: la garrapata. La enfermedad de Lyme la causa una bacteria llamada Borrelia burgdorferi, que se transmite principalmente a través de la picadura de ciertas garrapatas, como explica el Manual de Veterinaria de MSD (Merck Sharp & Dohme).
Las garrapatas que pueden transmitir la bacteria se infectan al picar a otro animal portador, por ejemplo, un roedor. Una vez que pican a tu perro se quedan adheridas a su piel, pero tienen que pasar al menos 24 horas para que pueda transmitir la enfermedad. La transmisión suele producirse entre 36 y 48 horas después de empezar a ingerir su sangre, por lo que observarlas y quitarlas a tiempo suele reducir las posibilidades de desarrollar la enfermedad.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Lyme en perros?
Como explica el manual de MSD, la mayoría de animales no desarrollan la enfermedad después de la infección. Si se presentan síntomas, pueden tardar semanas o menos en aparecer, incluso confundirse con otras dolencias. En caso de que aparezcan, te contamos cuáles son los más comunes.
Cojera
La cojera suele ser el síntoma más característico en los perros que desarrollan la enfermedad. La provoca la inflamación de sus articulaciones, sobre todo, si son dolorosas. Es intermitente y cambiante, es decir, es posible que tu perro a veces cojee y a veces no, y que lo haga alternativamente de una pata o de otra.
Fiebre
La fiebre es uno de esos síntomas que no se nota a simple vista, pero hará que tu perro esté más decaído de lo normal. Si le tocas la nariz, puede que esté seca y caliente. Además, es posible que tenga temblores o la respiración agitada.
Pérdida de apetito
La pérdida de apetito depara que tu perro deje de comer o coma menos, lo que puede conllevar pérdida de peso. Si tu perro es un gran comilón y no suele dejar nada en el comedero tras su ración, te darás cuenta enseguida si algo va mal. Más aún si observas este síntoma con otros ya comentados.
Problemas renales
Los síntomas más habituales son la cojera, la fiebre, la pérdida de apetito, el letargo, los ganglios inflamados y el dolor en las articulaciones. Sin embargo, en casos más graves, puede aparecer un síndrome renal que se ha relacionado con la enfermedad. Entre otros síntomas, puede provocar uremia, que se produce cuando los riñones no pueden filtrar bien los desechos del cuerpo.
Otros síntomas menos comunes
Los perros que sufren el síndrome renal que se ha relacionado con la enfermedad de Lyme pueden sufrir también problemas cardíacos o neurológicos, como la ceguera, la hipertensión o los soplos cardíacos. Pero recuerda que la mayoría de perros en los que se han encontrado anticuerpos contra la enfermedad son asintomáticos, por lo que basta con ocuparse sin necesidad de alarmarse.
¿Cómo diagnosticar la enfermedad de Lyme?
Cuando lleves a tu perro al veterinario, consultará su historia en busca de antecedentes y te preguntará qué has observado en él. Además, realizará una exploración física y algunas pruebas de laboratorio.
Lo más habitual es que el profesional alcance un diagnóstico al excluir otras enfermedades mediante pruebas y datos clínicos, y también al observar cómo responde al tratamiento habitual. Aunque no siempre es fácil saber qué tiene tu perro, nuestro consejo es que tengas paciencia: está en manos profesionales, así que es cuestión de tiempo encontrar lo que le haga mejorar.
¿Cuál es el tratamiento de la enfermedad de Lyme?
Esta enfermedad de la garrapata en perros tiene cura, por lo que será suficiente con que sigas el tratamiento que te indique el veterinario para ver cómo tu perro mejora en pocos días. ¡Seguro que tu mascota volverá a encontrarse bien muy pronto!
El tratamiento principal consiste en proporcionarle antibióticos durante un ciclo largo, generalmente, de cuatro semanas, además de analgésicos o antiinflamatorios para tratar su cojera. Si ha desarrollado otros síntomas, como la insuficiencia renal, el veterinario puede considerar necesario usar algún tratamiento con inmunosupresores.
Seguimiento y cuidados post-tratamiento
Después de la atención veterinaria, podrás marcharte a casa con tu perro, que es el sitio donde mejor se puede recuperar. Revisa que su lugar habitual de descanso esté bien y que tenga una alimentación e hidratación adecuada. Hay síntomas leves o intermitentes que pueden volver a aparecer, pero puedes continuar con el tratamiento y esperar.
En casos más graves en los que los perros desarrollan síntomas poco habituales, el veterinario puede recomendar un seguimiento más estrecho. Es posible que tengas que hacer nuevas visitas y que quiera realizar más análisis de laboratorio. Si no es el caso, pero tu perro no mejora tras el tratamiento o los síntomas empeoran, lo mejor es volver a llevarlo a la clínica.
¿Cómo prevenir la enfermedad de Lyme en tu perro?
¿Vives en una zona rural y te preocupa la presencia de garrapatas? Se trata de parásitos que queremos evitar por las enfermedades que pueden transmitir y que no solo afectan a los perros, sino también a los humanos. Afortunadamente, hay algunos consejos que puedes poner en práctica.
Evita áreas que tengan garrapatas
Si te gustan los paseos por el campo, trata de evitar las zonas de matorrales y las áreas por donde suelen pasar animales de ganado. Opta mejor por senderos despejados y vías verdes, sobre todo durante los meses más calurosos del año.
Productos antiparasitarios
Hay acaricidas en forma de collares, pipetas, espráis y comprimidos eficaces contra los parásitos. Puedes preguntar a tu veterinario para que te aconseje según el estilo de vida de tu perro y la zona en la que vivas, y seguir bien las instrucciones. Conviene que no bajes la guardia tampoco durante el invierno, dependiendo de la zona en la que vives, ya que las garrapatas pueden permanecer activas a temperaturas por encima de los 4 ºC.
Revisiones regulares
Después de los paseos, puedes dedicar tiempo a revisar el pelo de tu perro, especialmente si vienes del campo y te encuentras en los meses de primavera y verano. Puedes mirar bien cerca de las orejas, el cuello, las axilas, la ingle o entre los dedos, que son sitios donde las garrapatas se suelen incrustar.
Si detectas alguna, lo ideal es que la retires con una pinza especial para garrapatas. Si parte de su cabeza se queda incrustada en el perro, aún podría producirse la transmisión de la bacteria.
Por otra parte, recuerda la importancia de llevar a tu perro a visitas anuales, según lo que te aconseje el profesional. A veces no hay síntomas evidentes de enfermedad, pero se pueden detectar de manera precoz y tratarlo a tiempo.
Vacunación
¿Vives en una zona rural de paso frecuente de ganado o mucha vegetación? Si quieres proporcionar a tu perro una protección extra con la que estar tranquilo, puedes preguntarle a tu veterinario por alguna vacuna eficaz contra la bacteria. La inmunidad suele durar un año y la eficacia es de entre el 50% y el 100%, según el manual de MSD. Según tu situación, podría tratarse de una buena opción.
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