Existen múltiples maneras por las que un trabajador y una empresa pueden terminar su relación contractual. Una de estas formas es el despido voluntario, a lo que habitualmente llamamos la baja voluntaria. En esta forma de finalización contractual es el trabajador quien decide terminar con el contrato de trabajo. Vamos a ver qué consecuencias tiene y cómo se gestiona.
El despido voluntario, o la baja voluntaria, es la manera que tiene un trabajador de romper su relación laboral con la empresa en la que trabaja actualmente.
En este caso de despido, el trabajador no necesita ningún tipo de justificación para romper el contrato, independientemente del tipo de contrato que tenga firmado con su empresa. Esta decisión debe ser comunicada a la compañía y nunca debe ser una decisión impuesta por la empresa.
Para presentar una baja voluntaria, se debe respetar el convenio colectivo en cuanto al plazo de antelación. Si el convenio colectivo no indica plazo, se aplica el de 15 días naturales.
Este aspecto es muy importante, ya que si no se respeta el plazo el empresario puede descontar del finiquito los días que falten del preaviso. Es decir, si avisas con 10 días de antelación, el empresario tiene el derecho de descontar 5 días de trabajo del finiquito. Además, la empresa puede reclamar al trabajador por daños y perjuicios, si así lo cree conveniente.
Se puede informar de una baja voluntaria de manera oral o escrita. No obstante, la recomendación es que este tipo de procedimientos se avisen por escrito y con un duplicado: entregando una copia a la empresa y otra para el trabajador. Y, a ser posible, que las dos copias estén selladas por la empresa. Otra opción recomendada es hacerlo a través de un burofax.
En un despido voluntario es posible retractarse de la baja, siempre y cuando la empresa no se vea afectada. Es decir, si la empresa ya ha contratado a una persona para cubrir el puesto que va a quedar vacante, no es posible deshacerla.
Si no hubiera perjuicio alguno, se puede romper el acuerdo de baja, aunque la empresa puede no aceptarlo. En este caso, podría pasar a ser un despido improcedente.
El trabajador tiene varios derechos al respecto del despido voluntario, aunque la finalización del contrato haya sido por su decisión. También tiene algún perjuicio, veamos a continuación:
Como has visto, el despido voluntario es la manera que tiene un trabajador de terminar una relación laboral con la empresa donde trabaja habitualmente. Si quieres más información relacionada con tu día a día, tus finanzas o tu salud, sigue las novedades de nuestro blog.