Los términos CIF y NIF son dos de los conceptos más importantes a la hora de llevar a cabo cualquier contrato u operación comercial en España. Estos dos términos están relacionados con la identificación fiscal de una empresa, además de como identificador fiscal de personas. Si has pensado en montar tu propia empresa, es importante que conozcas qué significan estas siglas, cuáles son sus diferencias y sus funciones básicas.
El Código de Identificación Fiscal (CIF) era el número que antiguamente se utilizaba como identificador fiscal de empresas lícitas con personalidad jurídica, así como también de fundaciones, hasta el 2008. Se utilizaba para identificar de manera fiscal a cualquier empresa. El CIF lo compone una letra inicial, seguida de siete números, para cerrar con una letra u otro número de control.
Este código ha sido empleado para identificar a las empresas españolas, así como cualquier persona jurídica que desarrolle una actividad económica.
Esta letra inicial cumple la función de informar sobre la forma jurídica en la que suelen encontrarse las empresas. De esta forma, la letra A significa que la empresa se trata de una Sociedad Anónima y la letra B, indica que se trata de una Sociedad de Responsabilidad Limitada, por ejemplo.
El Número de Identificación Fiscal (NIF) es la clave que utilizan las administraciones públicas para identificar a personas jurídicas y físicas. Su función consiste en distinguir a empresas y personas de una forma fácil. Es un número necesario para cualquier empresa y/o persona que vaya a realizar una actividad económica.
Todas las empresas que tengan la intención de realizar operaciones en el territorio español tienen que contar con un NIF. Esta clave se compone de una letra y ocho números, en total, nueve dígitos que forman un código único y exclusivo para cada empresa.
A su vez, toda persona física necesita un número de identificación fiscal cuando comienza a tener beneficios económicos, como ocurre al empezar en el mundo laboral. A la hora de realizar la declaración de la renta, se identifica a las personas por el NIF, que al fin y al cabo es su número de DNI.
Si bien en la práctica el CIF y el NIF pueden parecer lo mismo, lo cierto es que se trata de dos aproximaciones diferentes.
Para obtener el NIF para una empresa, lo que se conoce como CIF, se debe solicitar a Hacienda. Lo primero que se recibe es un NIF provisional mientras Hacienda realiza todas las comprobaciones sobre los datos entregados al solicitar el NIF. Se deben presentar:
Con este NIF provisional, se debe entregar el modelo 036. Este modelo es una declaración censal para que cualquier persona que quiera ser autónomo, o cualquier nueva empresa, de su actividad de alta en la Agencia Tributaria. Este modelo es necesario entregarlo para que otorguen el NIF definitivo a la empresa.
El CIF, o más bien el NIF de una empresa, es una tarjeta con los datos de la empresa junto con este preciado número. Muchas veces esta tarjeta puede extraviarse, y para muchos trámites es necesario tenerla de manera física, por lo que poder obtener un duplicado de la identificación fiscal de la empresa puede ser clave. Para ello, debes ir a la página web de la Agencia Tributaria y seguir los pasos que se piden.
Como has visto, el NIF es el número de identificación fiscal de una empresa. Ahora ya sabes cómo se identifican las empresas a nivel fiscal, cómo solicitarlo y para qué sirve.