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Caducidad y prescripción: diferencias, plazos y ejemplos

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Conocer nuestros derechos y saber cuándo se extinguen o cuándo se adquieren es, como sabes, muy importante. Y para eso es necesario conocer en qué consisten la caducidad y la prescripción en el ámbito administrativo, ya que el vencimiento de estos plazos pueden otorgarnos o hacernos perder derechos. A continuación te explicamos todo lo que necesitas saber sobre estos dos conceptos.

Caducidad y prescripción en los procedimientos administrativos

Los conceptos de caducidad y prescripción aparecen en el artículo 95 de la Ley 39/2015 del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas. Veamos a qué se refiere cada uno para después establecer las diferencias entre ambos.

Qué es la prescripción en el ámbito administrativo

La prescripción, que está regulada en el Código Civil, se refiere a la adquisición o, por el contrario, a la pérdida de un derecho como consecuencia del paso del tiempo. Los plazos de prescripción se caracterizan por ser muy largos, de entre 10 hasta 30 años.

Pongamos un ejemplo: imagina que una persona debe dinero a un banco. Ese banco tiene 15 años para reclamar el pago (que es lo que dura el derecho de reclamación). Si no lo hace y esos 15 años acaban pasando, el banco ya no podría reclamar el pago de la deuda porque habría perdido ese derecho.

Veamos ahora el ejemplo contrario: imagina que una persona se marcha a vivir al extranjero y le pide a un amigo que se quede a vivir en su casa y la mantenga. Si tras 30 años la persona propietaria no vuelve, su amigo adquirirá el derecho de ocupación y podrá reclamar quedarse con la casa.

Qué es la caducidad en el ámbito administrativo

Por otra parte, la caducidad, que no está regulada por el Código Civil sino que se fija por Ley o por la voluntad de los particulares implicados, es la extinción de un derecho como consecuencia del transcurso del tiempo concedido para su ejercicio. Los plazos de caducidad son cortos y suelen ir desde los 10 días hasta los 6 meses.

Por ejemplo, imagina que a una persona le llega una denuncia por poner música demasiado alta en casa, y el juez le da 10 días para contestar. Si pasados esos días la persona no ha contestado, ya no podrá hacerlo porque habrá perdido este derecho. 

Diferencias entre la prescripción y la caducidad

Como ves, prescripción y caducidad están relacionadas con el paso del tiempo; sin embargo la duración de un plazo y otro no es la única diferencia ni la más importante. Los puntos más importantes que distinguen la prescripción y la caducidad son dos

  • En primer lugar, la prescripción se puede interrumpir en cualquier momento por quien puede ejercitar el derecho. Volvamos al ejemplo de la persona que tiene una deuda con el banco: si ese banco, en cualquier momento de los 15 años que tiene para reclamar el pago de la deuda, decide hacerlo, el plazo de prescripción volvería a empezar desde cero. Es decir, que el banco no tendría que reclamar el pago de la deuda durante 15 años desde el momento en que la reclamó para perder el derecho a hacerlo. En cambio, la caducidad no se puede interrumpir ni reiniciarse.
  • En segundo lugar, los tribunales no pueden actuar de oficio con la prescripción, sino que la parte interesada debe presentar una denuncia. Por el contrario, la caducidad se puede iniciar de oficio por los tribunales sin necesidad de denuncia previa.

Ejemplos de caducidad y prescripción

Para entender por completo las diferencias entre caducidad y prescripción, es interesante ilustrarlas con algunos ejemplos prácticos que muestren con claridad esta distinción entre ambas. Se trata principalmente de la posibilidad de interrupción y reinicio de los plazos en el caso de la prescripción que, como hemos visto, no tienen lugar en el caso de la caducidad.

Ejemplos de caducidad

Ya se ha explicado que en el caso de la caducidad, llegado el caso, los tribunales podrían actuar de oficio si corresponde, un procedimiento que no es posible en el caso de la prescripción. Sin embargo, la principal característica de este concepto reside en la imposibilidad de interrumpir o reiniciar los plazos en su desarrollo.

  • En contratos de alquiler con opción de compra en bienes inmuebles, las posibilidades de adquisición por parte del arrendatario contemplan un plazo de caducidad.
  • La impugnación de licencias urbanísticas presenta un plazo de caducidad a partir del momento en que los afectados conocen la concesión de la licencia.
  • La reclamación de seguros de vida es otro ejemplo en el que también se contempla una caducidad, por lo que pasado el plazo estipulado en el contrato -habitualmente de 5 años-, se perdería el derecho.
  • La objeción ante multas tiene una caducidad mensual, por lo que no cabe recurso una vez transcurrido el plazo de un mes desde que el ciudadano ha recibido la notificación.

Ejemplos de prescripción

Por su parte, la prescripción puede ser interrumpida, pausada o reiniciada siempre y cuando el afectado presente una reclamación o emprenda acciones legales, pero nunca mediante una actuación de oficio por parte de los tribunales. Los siguientes ejemplos muestran en qué situaciones es más habitual encontrar este término administrativo.

  • La reclamación de salarios impagados está sujeta a un año de prescripción, que se renueva en caso de que el afectado emprenda acciones legales a lo largo de este plazo.
  • El cobro de deudas también está sujeto a prescripción, generalmente durante 5 años, que se reiniciará en caso de que se ejerzan acciones legales o una petición formal.
  • La prescripción de delitos es probablemente la más conocida, y sus plazos dependen del tipo de delito que se haya cometido y, sobre todo, de su gravedad. Al tratarse de una prescripción, en el momento que se presenta la denuncia se interrumpirían los plazos estipulados.
  • La reclamación de daños en el ámbito de la responsabilidad civil -accidentes de tráfico, o daños a terceros en el ejercicio profesional, por ejemplo-, también prescribe al año de haberse producido el perjuicio, por lo que habría que ejercer el derecho con anterioridad.

La importancia de contemplar los plazos en caducidad y prescripción

Ahora que ya conoces en qué consisten la prescripción y la caducidad estás en situación de asegurarte de que tus derechos te son otorgados de acuerdo a la normativa. Sobre todo, en lo que respecta a los plazos a la hora de presentar recursos y reclamaciones, o de emprender acciones legales en caso de que sea necesario.

Al fin y al cabo, en todos los escenarios que hemos mostrado -y en cualquier circunstancia similar- la resolución favorable del caso -siempre que corresponda legalmente- depende en gran medida del conocimiento de los plazos y, además, de si estos están sujetos a caducidad o a prescripción, porque en función de estos conceptos se podrán extender los tiempos o no.

Post publicado originalmente el 14 de enero de 2022, actualizado el 13 de enero de 2025.

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