La Organización Mundial de la Salud recomienda no superar el 10 % de las calorías de la dieta diaria con azúcares añadidos. Pero tan solo un refresco o zumo con azúcar añadido ya contiene 40 gramos.
Por esta razón, cada vez son más las personas que optan por seguir una dieta equilibrada y eliminar estos alimentos dañinos, optando por productos que contienen la etiqueta “sin azúcar añadido”.
Sin embargo, este etiquetado ha sido uno de los más polémicos en los últimos años, puesto que en las campañas de marketing se venden como productos naturales cuando en realidad llevan azúcar añadido. Te contamos la realidad detrás de los zumos sin azúcar añadido y te ayudamos a reconocer cuáles son realmente naturales.
La etiqueta “sin azúcar añadido” es una frase que se puede indicar de forma voluntaria en los productos en los que se quiera destacar dicha característica. Así se regula en el Reglamento de la Unión Europea 1924/2006 en lo relativo a las propiedades saludables de determinados alimentos.
Para que el producto pueda llevar dicho etiquetado debe cumplir una serie de requisitos establecidos por la legislación. Es posible usarla exclusivamente si no se ha añadido ningún azúcar al alimento, además de cualquier otro componente que pueda tener el mismo efecto para el consumidor. Es decir, tampoco puede contener ningún disacárido, monosacárido o producto con propiedades edulcorantes.
Si el producto contiene azúcares naturalmente presentes, necesita incluir dicha frase en la etiqueta.
Muchas personas que buscan reducir el consumo de azúcar y optar por alimentos naturales se guían por este etiquetado. Pero ¿es realmente fiable?
Si quieres seguir una dieta equilibrada sin productos con azúcar añadido, es necesario que tengas en cuenta los trucos de la industria para añadir azúcares sin tener que etiquetarlos con la palabra “azúcar”.
La normativa permite a la industria realizar algunas estrategias para no tener que declarar productos con esta etiqueta aunque lleven azúcar añadido en el listado de ingredientes.
Para conseguirlo, añaden al alimento componentes endulzantes que contienen azúcar y luego se suman estos azúcares al porcentaje de la tabla nutricional que tiene que aparecer en el etiquetado.
Uno de los ejemplos más habitual es que se añaden componentes como miel o sirope de Ágave para endulzarlo y que no incumpla la normativa. Es decir, finalmente lo que los consumidores esperan del etiquetado “sin azúcares añadidos” no coincide con un producto natural.
Como has podido comprobar existen varios trucos para etiquetar los productos sin azúcares añadidos, pero también existen algunas técnicas para que puedas comprar zumos realmente naturales y evitar que tengan azúcar.
Al escoger el producto debes asegurarte de que está clasificado como zumo 100 % exprimido, puesto que estos son obtenidos directamente de las frutas, sin procesos previos de concentración. Tan solo contienen azúcar natural, siendo los más parecidos a zumos exprimidos en casa.
Evita los zumos de concentrado, ya que está compuesto por agua a la que se le añade zumo concentrado. De este modo, se puede utilizar materia prima de todas partes del mundo sin que se estropeen en el camino. Suelen tener azúcar añadido.
Los que debes evitar al completo son los néctares, puesto que no son realmente un zumo, sino que están elaborados con un 50 % de zumo y el resto de sus componentes son azúcar o edulcorante, aditivos y agua.
Ahora ya conoces todo sobre el etiquetado de los zumos sin azúcar añadido para que puedas comprar productos realmente naturales que te ayuden a evitar los azúcares.