A lo largo del embarazo estarás acompañada de grandes especialistas que velarán por ti y por tu bebé llevando el control de ciertos aspectos de vuestra salud. Uno de ellos es la tensión. Durante toda la gestación, en tus visitas al ginecólogo y/o a la matrona una constante que se repite es el control de la tensión arterial de la futura madre, y es que tan importante es controlar que esta no suba mucho como que no baje en exceso.
Tendemos a pensar que una subida de tensión es peor que la presión arterial baja en el embarazo y, aunque puede ser verdad, no hay que descuidar las bajadas de tensión por los síntomas asociados a esta.
Frente a esto es normal hacerse una gran cantidad de preguntas. ¿Existe algún riesgo si me baja la tensión? ¿Cómo puedo evitarla? ¿Es mejor tener una tensión baja o alta durante la gestación de mi bebé? Te resolvemos estas y otras dudas en este post.
Conocida también como hipotensión, se suele dar cuando la presión de la sangre es más baja de lo habitual, por lo que ciertas partes del cuerpo, como la cabeza o el corazón, pueden no recibir la suficiente cantidad de sangre. Se considera que la tensión es baja cuando los valores que nos dan son menores a 90 la alta y 60 la mínima.
El embarazo en sí suele ser la causa más común de la tensión baja, ya que el sistema circulatorio funciona más deprisa para que llegue sangre también al bebé y, en ocasiones, puede llegar a perder fuerza. A esto hay que sumarle que se dan casos en los que el útero hace una mayor presión sobre la vena cava y aorta.
Estas dos causas van desapareciendo a medida que avanza el embarazo y el cuerpo se acostumbra a los nuevos cambios y su nuevo ritmo de funcionamiento, por lo que no se considera la tensión baja como un factor de riesgo.
No obstante, es importante llevar un control para poder descartar patologías asociadas a problemas endocrinos o a problemas cardiacos.
Más allá de que puedas llevar un control de la tensión durante todo tu embarazo y que así detectes que tienes la tensión más baja de lo recomendado, hay algunos síntomas que te pueden poner en alerta y que te indicarán que algo no va bien con tu tensión:
Si notas algunos de estos síntomas durante varios días, lo ideal es que consultes con tu ginecólogo o matrona para que te lleven un mayor control de la tensión y vean si es esta la que está produciendo esos síntomas.
Si al final te detectan tensión baja en el embarazo no te preocupes, no es ninguna afección grave que pueda afectarte a ti o al bebé. Para mejorar la tensión tendrás que cuidar, sobre todo, tres pilares básicos:
Además de estos tres consejos, es fundamental que no te expongas a cambios bruscos de temperatura y que evites los lugares muy masificados. Por último, controla los cambios rápidos de posición ya que pueden llegar a marearte fácilmente.
Como ves, la hipotensión o tensión baja en el embarazo es bastante habitual. No debes preocuparte en que esta afecte al desarrollo del bebé, únicamente debes llevar un mayor control y seguir las pautas que te marque el especialista que te está llevando el embarazo para que puedas disfrutar con plenitud una de las etapas más bonitas de tu vida.