Los casos de trastornos de conducta alimentaria (TCA) se han duplicado en los últimos años a escala mundial, según las estadísticas de la revista The American Journal of Clinical Nutrition. Se estima que el 94% de los afectados son mujeres de entre 12 y 36 años, aunque cada vez existen más casos en varones y gente de mayor edad.
Existen señales de alarma para una detección temprana de un trastorno de conducta alimentaria, siendo algunos de los más habituales la preocupación excesiva por la comida, restringir la calidad o cantidad de alimentos que se ingieren, evitar las comidas en familia, encontrar comida escondida en lugares inusuales, ir al baño tras finalizar las comidas de manera más rápida o el aislamiento social.
Te contamos todo sobre el TCA, qué es y todos los tipos de trastornos alimentarios que existen, así cómo su tratamiento.
Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son alteraciones psicológicas graves que provocan alteraciones en la conducta alimentaria. La persona afectada muestra una gran preocupación por su peso, aspecto físico o alimentación. Los factores que desencadenan estos cambios en la alimentación pueden ser de tipo individual, grupal y social.
La anorexia, la bulimia, el trastorno por atracón, el trastorno vigorexia y ortorexia son los tipos de trastornos de la conducta alimentaria más comunes. En todos estos TCA el patrón principal es la alteración en la forma de pensar y comportarse con la alimentación, el peso o la figura.
Es habitual que las personas con algún trastorno alimentario no sean conscientes de que tienen esta enfermedad, llegando a normalizar sus conductas y rechazando el tratamiento.
Por esta razón, la primera fase de la recuperación es trabajar la conciencia del trastorno y la motivación para querer salir del TCA, ya que la actitud del paciente es esencial.
El tratamiento de un TCA es multidisciplinar para poder trabajar los distintos síntomas de la enfermedad, puesto que es un trastorno mental con base psicológica, pero que tiene consecuencias físicas, nutricionales y emocionales. Por lo tanto, un trastorno de conducta alimentaria requiere combinar estrategias dietético-nutricionales, médicas y psicológicas.
El tratamiento ambulatorio es la primera intervención terapéutica e incluye asistencia psicológica, psiquiátrica y de enfermería. Cuándo no se observan mejoras relevantes, se intensifica el tratamiento en un hospital de día, dónde se realizan comidas supervisadas y participan en terapias grupales e individuales.
Para los casos más graves, el tratamiento es una hospitalización completa en la que los pacientes están en una unidad cerrada, controlando su alimentación, actividad física, estado mental y con apoyo psicológico y supervisión constante. La duración depende de cada caso.
Cómo ves, el tratamiento de los TCA combina distintas estrategias y requiere del apoyo de médicos especializados en distintas partes. En Occident contamos con un amplio cuadro médico con especialistas en psicológica, dietética, enfermería y psiquiatría para poder contar con el apoyo necesario para la recuperación de un trastorno de conducta alimentaria.