¿Conoces la dieta paleo? Se trata de una de las dietas más de moda en la actualidad. Pero no se trata de una dieta para adelgazar, sino que está concebida como una manera diferente de comer orientada a mejorar la salud de sus seguidores. Es decir, consiste en aprender a comer de una forma sana y equilibrada. ¿Quieres saber en qué consiste la dieta paleo? Sigue leyendo este artículo para descubrirlo.
La dieta paleo pretende organizar los menús diarios en base a cómo comían nuestros antepasados, es decir, dejando de lado los productos industriales y procesados, incluidos los cereales y el azúcar. De hecho, algunos de los seguidores de la dieta paleolítica ni siquiera toman queso, legumbres o leche entera. En otras palabras, si decides seguir la dieta paleo, tendrás que comer “alimentos reales” que no puedes encontrar en ningún supermercado.
La dieta paleo se basa esencialmente en carne, huevos, fruta y verdura. Pero ¿por qué solo estos alimentos? La respuesta está en que los alimentos refinados elevan la insulina y no sacian por mucho tiempo. Además, se relacionan con el exceso de peso, la diabetes y los problemas cardiovasculares. Por otra parte, la leche, los cereales y las legumbres son alimentos que tienen antinutrientes, es decir, que no aportan nutrientes positivos al organismo.
La dieta paleo propone una alimentación basada en carne, huevos, fruta y verdura, desechando la leche, los cereales y las legumbres, además de los productos procesados. Ante esta propuesta, muchas personas piensan que eliminar la pasta y los cereales de la dieta puede provocar una carencia de carbohidratos en el organismo. Sin embargo, esto no es cierto, ya que hay otros alimentos que sí los contienen, como las hortalizas, los tubérculos y la fruta.
Entonces, ¿crees que es difícil planificar los menús semanales siguiendo las bases de la dieta paleo? Realmente no, ya que puede aplicarse a platos nuevos y tradicionales creando un menú equilibrado, y sin que por ello tengamos que dejar de disfrutar de platos sabrosos.
Un pudding de chía, plátano y vainilla puede ser un excelente desayuno o merienda paleo que se prepara muy fácilmente, y además resulta sano y sabroso. ¿Y a la hora de comer? Unos cangrejos de río con judías verdes o una frittata de champiñones, espinacas y beicon se convertirán en un plato único y equilibrado que nos sorprenderá por su sabor.
Incluso los postres paleo son sabrosos y divertidos. Opta por unas delicias de coco y chocolate como final de tu comida y te sorprenderás con su sabor y textura. ¿El secreto? Mezcla crema de coco, tahini, miel cruda y cacao en polvo.
En definitiva, la dieta paleo se basa en cómo comían nuestros antepasados: huevos, carne, verduras y fruta, dejando fuera los cereales, la leche y las legumbres. Y aunque pueda parecer complicado, se puede comer como siempre, aunque adaptando algunos platos a los “nuevos ingredientes”. Se trata de comer sano y equilibrado.