“Mi hijo no come nada”. ¿Eres de esas personas que se preocupa cuando los niños no comen como deberían? No lo hagas, ya que hay soluciones, aunque antes conviene que conozcas qué origina esta situación.
¿Por qué mi hijo no come nada?
En primer lugar, es importante conocer las causas. No siempre te resultará fácil encontrarlas. Por eso, conviene consultar con tu pediatra de confianza o con un psicólogo, en especial si el problema tiene visos de agravarse.
Podemos encontrar diversos motivos por los que el pequeño no come bien. Estos podrían deberse tanto a causas orgánicas como funcionales. Vamos a distinguirlas:
- Causas orgánicas: obedecen a problemas orgánicos, es decir, algún tipo de enfermedad que pueda afectar al pequeño y que, por tanto, le impida comer de forma correcta. Un ejemplo de causa orgánica puede ser una alergia o intolerancia a un alimento o sustancia concreta, como pueden ser la lactosa o el gluten.
- Causas funcionales: se consideran predominantes y están relacionadas con el entorno social. Suelen obedecer a conflictos personales o familiares, a celos o envidias, a sobreprotección o mimos excesivos, a caprichos del pequeño, etc.
Para saber el origen de que tu hijo no coma nada, es importante que observes y hagas un seguimiento durante varios días. Podría darse el caso de que el pequeño se alimente de forma inadvertida fuera de las horas de comida o cena.
Por desgracia, suele ser común que, sin que nadie les vea, tomen dulces, golosinas, leches y bebidas azucaradas. Como consecuencia, cuando llega el momento de sentarse a la mesa, están saciados y no les apetece tomar alimentos que, además, les resultan menos atractivos por su sabor.
En cualquier caso, como padres debemos educar a nuestros hijos en el placer de la comida. Para ello, hay que tener en cuenta sus gustos y preferencias. En el momento en que conocemos qué le atrae, podemos preparar ricos platos con ingredientes sanos que sean de su agrado.
¿Qué tener en cuenta respecto a la alimentación infantil?
Considera estas pautas en el momento de observar a tu hijo para saber si se alimenta correctamente o realmente no come nada:
- A partir del año de vida atraviesa una etapa en que necesita menos hierro y energía, por lo que tendrá menos hambre.
- Si el niño come poco pero no pierde peso, tal vez no haya motivo para que te preocupes.
- A veces, tenemos la costumbre de servir a los pequeños platos excesivos de comida. No siempre es necesario que lo acabe todo, ya que tal vez no lo necesite.
- Si el niño pasa mucho tiempo sin comer, es el momento de hablar con tu médico de confianza.
- En el caso de que veas a tu hijo muy delgado, conviene preparar una dieta con alto valor energético, que incluya calorías y proteínas, así no perderá peso.
Sea como fuere, recuerda: si notas cualquier situación anormal en el crecimiento y desarrollo natural del niño, consulta con tu pediatra para que os oriente a ambos.
¿Qué hago si mi hijo no come nada?
¿Qué hacer para que el pequeño coma más? Vamos a darte algunos consejos que te pueden resultar útiles en este punto:
- Evita distracciones durante la comida: evita los teléfonos móviles, la televisión o cualquier elemento visual que no permita que tu hijo se centre en lo que hace, que es comer. Puedes crear un ambiente relajado poniendo algo de música clásica, por ejemplo.
- Sé creativo con la comida: inventa formas nuevas de presentar los alimentos, con elaboraciones divertidas. Puedes crear figuras al cortar la fruta, usar cubertería con dibujos, etc.
- Intenta no forzar al niño: en cualquier caso, tampoco es positivo forzar al pequeño, ya que obligarle a ello si no tiene hambre podría acabar por causar un problema y un riesgo por estrés, aversión a los alimentos, etc.
- Comidas en familia: si optas por comer con toda la familia creando un ambiente ameno y cercano, puedes motivar a que tu hijo imite la conducta del resto de comensales.
- No le pongas raciones demasiado grandes: se dice popularmente que las abuelas alimentan a sus nietos con exageración. Esto no es positivo, pues el niño se puede sentir presionado. Por eso, para no entrar en conflicto con tu hijo, pon en su plato poco alimento. Si tiene más hambre, siempre estará a tiempo de repetir.
Recuerda, si día tras día te repites con angustiaque “mi hijo no come nada”, acuérdate de estos consejos y acude al pediatra para que, entre todos, encontremos la mejor solución a este problema.