Los avances en medicina ayudan a conocer mejor nuestro cuerpo y a detectar enfermedades en sus etapas iniciales. La medicina nuclear es un ejemplo de este tipo de técnicas tan avanzadas, y aunque es una ciencia muy joven que se comenzó a desarrollar a partir de los años 40, posee una gran funcionalidad dentro del campo de la medicina.
Este tipo de medicina sirve para explorar el interior del organismo con el fin de realizar diagnósticos y tratamientos más precisos. Es una técnica no invasiva que no conlleva ningún riesgo para el paciente.
Te contamos todo sobre la medicina nuclear, desde para qué sirve hasta cómo funcionan las pruebas de esta técnica no invasiva.
La medicina nuclear es una especialidad médica diagnóstica no invasiva que ayuda a detectar y prevenir enfermedades donde al paciente se le inyecta sustancias radiactivas para seguir su trazabilidad a través de imágenes y extraer información.. Estas sustancias radiactivas se denominan radiofármacos, y existen diferentes tipos de pruebas en función de la parte del cuerpo o enfermedad que se vaya a tratar:
Principalmente, se emplea para la detección de posibles tumores y cánceres, así como para su posterior control. Para el diagnóstico de estas enfermedades se utiliza una máquina especial, llamada cámara gramma, que ayuda a detectar el tipo de cáncer y comprobar la eficacia de su tratamiento.
Aunque, también, es útil para el diagnóstico de enfermedades endocrinas, cardíacas y gastrointestinales, entre otras.
Entre las ventajas de la medicina nuclear destaca el hecho de poder identificar cualquier enfermedad en sus etapas tempranas, ya que ofrece la posibilidad de explorar diferentes órganos, tejidos o huesos y describir procesos fisiológicos o captar cambios moleculares en tiempo real. En función del órgano que se desee explorar esta avanzada técnica puede detectar las siguientes patologías:
Los radiotrazadores son los responsables de explicar cómo funcionan las pruebas de medicina nuclear. Están formados por moléculas portadoras y suelen ser administrados por vía intravenosa, inhalación, ingestión oral o por inyección directa.
Es muy importante que antes de que el paciente se someta a ninguna prueba, el médico le proporcione las recomendaciones y directrices necesarias para su seguridad antes de la intervención. Sobre todo, si se trata de una mujer embarazada o que se encuentra en periodo de lactancia.
Entre las pruebas de medicina nuclear que se pueden llevar a cabo, las siguientes son las más comunes:
La realización de cualquier prueba de medicina nuclear requiere de un especialista en radiología quien te hará saber las recomendaciones necesarias antes de este tipo de exámenes. Por ejemplo, son habituales las pautas de no comer ni beber nada de 2 a 12 horas previas a la prueba, tener que tomar un laxante o que se use un enema.
Además, es importante que le comuniques si estás bajo otro tratamiento médico o estás embarazada, y seguir todos los pasos que nos indique nuestro médico. Tras la prueba hay que destacar la necesidad de acudir a un especialista para el seguimiento de cualquier tipo de patología o enfermedad detectada en la prueba.