Salud

Fisura de la bolsa amiótica

Índice de contenidos

La aparición de fisuras en la bolsa amniótica durante el embarazo puede representar una preocupación en los futuros padres. 

Pero ¿qué es la bolsa amniótica?

Es una estructura membranosa y cerrada, que se forma en el interior del útero y que a su vez recubre al futuro bebé, generando un espacio que se llena de líquido amniótico para proteger al feto y al cordón umbilical. 

En algunas ocasiones, puede llegar a fisurarse e incluso romperse. En los casos en los que la bolsa se fisura, la salida de líquido amniótico es muy escasa, en ocasiones es tan  imperceptible que se confunde con perdidas de orina. Sin embargo, puede diferenciarse porque este líquido se pierde de manera continúa pero en pequeñas cantidades. En el caso de sospecha de que se trate de una fisura de la bolsa amiótica, es necesario una valoración médica adecuada para evitar posibles complicaciones posteriores. 

Si es el caso de que la bolsa llegue a romperse por completo, puede suceder que en las próximas horas se produzca el parto, ya que, como hemos dicho anteriormente, esta bolsa está llena de líquido amniótico que protege al bebé y en el momento de perderse el mismo, tras los continuos choques del bebé con las paredes uterinas, se genera una cascada de liberación de hormonas, que posteriormente desencadenarán el parto. 

Factores causantes de la fisura de la bolsa amniótica

Las causas de la fisura de la bolsa amniótica no siempre están claras, algunas veces puede deberse a causas desconocidas. Sin embargo, entre las causas más comunes se encuentran:

  • Infecciones de tipo congénito.
  • Desprendimiento de la placenta.
  • Embarazos múltiples.
  • Retrasos en el crecimiento uterino.
  • Anomalías asociadas al feto.
  • Antecedentes de roturas de bolsa amniótica en embarazos previos. 
  • Realización de pruebas invasivas como la amniocentesis, pues al perforar la membrana para extraer líquido amniótico es posible que se suceda una perdida de líquido, generalmente esta rotura cierra sola al cicatrizar el tejido membranoso y se recupera el nivel de líquido.

En cualquier caso, para determinar la causa precisa de la fisura o rotura de la bolsa amniótica, es necesario una valoración médica, donde tras una exploración vaginal acompañada de prueba de proteínas o tiras de reactivas de PH, se podrá confirmar la salida de líquido amniótico a través del cuello uterino. Posteriormente el médico podrá solicitar la realización de otras pruebas complementarias con la finalidad de conocer su origen.

Síntomas de la fisura de la bolsa amniótica

Como hemos comentado anteriormente, el síntoma más evidente de la fisura de la bolsa amniótica es la perdida continua de líquido trasparente a través de la vagina (líquido amniótico), esta pérdida de líquido suele ser indolora por lo que con frecuencia se confunde con perdidas de orina o flujo vaginal.

Para poder sospecharlo o diferenciarlo, es útil conocer las características del líquido amniótico. Este es un líquido transparente y de cierto olor dulce, de temperatura tibia-caliente y cae poco a poco, pero de forma continua, esta es una forma de diferenciarla de la orina. 

Si el líquido amniótico presenta coloración u olor desagradable pudiera indicar la posibilidad de la existencia de infecciones o sangrados, por lo que debes acudir al médico para una valoración y control, los más pronto posible.

Tratamiento de la fisura de la bolsa amniótica

Una vez realizada la valoración médica, será el médico tratante quien decidirá el tratamiento más adecuado para cada caso. 

Sin embargo, podemos comentar que, habitualmente, las fisuras de la bolsa amniótica se reparan prácticamente solas, para el tratamiento adecuado de las mismas se toma en cuenta la presunta causa y por norma general se indica reposo absoluto a la madre.

Es habitual, que en algunas ocasiones, el tratamiento pueda acompañarse de antibióticos o corticoides, para evitar la aparición de complicaciones como posibles infecciones que puedan poner en riesgo la salud de la madre o del hijo. 

En los casos en los que el embarazo supera la semana 30-32 de gestación, es posible que además del tratamiento previo, se puedan prescribir fármacos que aceleren la maduración pulmonar fetal, para así conseguir preparar al feto para la vida extrauterina, ante la posibilidad de un parto prematuro.

Escribe un comentario