La esofagitis eosinofílica es una enfermedad que afecta al esófago y que se caracteriza por síntomas como dolor al tragar, inflamación de la mucosa del esófago, regurgitación, etc. Esta es una enfermedad crónica, y un tratamiento adecuado a largo plazo es fundamental.
En el siguiente artículo profundizaremos sobre los síntomas, diagnóstico y tratamiento de la esofagitis eosinofílica, con lo que si padeces esta enfermedad vamos a intentar ayudarte a lograr un control adecuado y darte consejos para mejorar tu calidad de vida.
Según la Asociación Española de Esofagitis Eosinofílicas (ADESEO) la esofagitis eosinofílica es una enfermedad crónica por desgracia, y es conocida también como EOE (eosinophilic esophagitis en inglés). Se caracteriza por la inflamación de la pared del esófago ocasionada por una acumulación anormal de eosinófilos.
Los eosinófilos son células que forman parte del sistema inmunológico, es decir, son un tipo de glóbulo blanco. La función de los eosinófilos es ayudar a combatir las infecciones causadas por parásitos y participar en respuesta a reacciones alérgicas y asma.
En situaciones normales, los eosinófilos circulan en pequeñas cantidades a través de la sangre cuando se detecta una infección o alérgeno. En la esofagitis eosinofílica, estos se acumulan en lugares donde, normalmente, no estarían, como en el esófago.
Afecta tanto a niños como a adultos y genera una serie de síntomas que pueden dificultar la vida diaria de la persona que la padece. Al ser una enfermedad crónica, es necesario un tratamiento así como seguimiento a largo plazo para controlar los síntomas y evitar complicaciones.
Las causas de la esofagitis no están del todo claras, pero se cree que varios factores contribuyen a su desarrollo. Estos incluyen predisposición genética, factores inmunológicos y ambientales.
En la mayoría de los casos, la EOE está relacionada con alergias alimentarias o ambientales. También se cree que algunas personas tienen predisposición genética a desarrollarla, es decir, si otros miembros de la familia tienen enfermedades alérgicas, es más probable que algún miembro de la familia desarrolle EOE.
El ambiente también es un factor de riesgo para la esofagitis eosinofílica, la contaminación, el polen u otros alérgenos que se encuentran presentes en el ambiente pueden agravar la respuesta inmunitaria y con ello los síntomas.
Los síntomas de la esofagitis eosinofílica en adultos pueden variar en intensidad, aunque estos están relacionados con dificultad para tragar (disfagia), molestias en el esófago, entre otros. Estos síntomas frecuentemente se confunden con otras afecciones digestivas como reflujo gastroesofágico, pudiendo retrasar su diagnóstico.
Entre los síntomas más comunes podemos mencionar:
El diagnóstico de la esofagitis eosinofílica suele llevarse a cabo por un médico gastroenterólogo quien realizará una evaluación detallada de la historia clínica. El proceso de evaluación comienza con una revisión de los síntomas y de los posibles antecedentes familiares.
Se pueden realizar analíticas de sangre para medir los niveles de eosinófilos, así como pruebas para identificar posibles alergias. Aunque el paso más importante y de diagnóstico definitivo se obtiene realizando una endoscopía, en la cual el médico introduce un tubo delgado con una cámara, a través de la boca del paciente, de esta forma observando el esófago se pueden detectar signos de inflamación.
Así mismo, se toma una muestra de tejido para analizarla (biopsia intestinal) y comprobar la presencia de eosinófilos en cantidades anormales. El diagnóstico positivo de EOE se da cuando hay más de 15 eosinófilos por campo. Con la endoscopía se pueden ver anomalías como estenosis, aunque a veces el aspecto puede ser normal por lo que la biopsia es esencial.
El tratamiento de la esofagitis eosinofílica depende de la gravedad de los síntomas así como las necesidades específicas de cada paciente. No obstante, existen tres pilares fundamentales para el tratamiento.
Tendrás que hacer cambios en tus comidas seguramente, las dietas de eliminación pueden ser efectivas en algunos pacientes, y es una de las estrategias para controlar la esofagitis. Esta dieta consiste en identificar y eliminar los alimentos que producen reacción inflamatoria o alergia.
Normalmente se eliminan lácteos (por la proteína de la leche de vaca), trigo, huevos, frutos secos y soja. Con el tiempo, los alimentos se van reintroduciendo de uno en uno hasta determinar cuál es el causante.
La medicación es una de las opciones eficaces para reducir la inflamación y controlar los síntomas. Los inhibidores de la bomba de protones como el omeprazol y sus derivados, que se utilizan comúnmente para tratar el reflujo gastroesofágico, son útiles para pacientes con esofagitis eosinofílica.
Otra opción es también el uso de corticoides tópicos, se utilizan a nivel local y tienen acción antiinflamatoria.
En los casos más complejos, donde la inflamación crónica ha causado un estrechamiento significativo del esófago, puede ser necesaria una dilatación esofágica. Este procedimiento consiste en ensanchar el esófago con un balón, se realizan dilataciones progresivas que ayudan a prevenir una perforación del esófago.
La dilatación esofágica es un alivio temporal, no cura la EOE, pero permite que los alimentos pasen con mayor facilidad.
Como ya te hemos dicho la esofagitis eosinofílica es una enfermedad crónica y si no se trata de manera adecuada a menudo te ocasionará episodios molestos, pero con un diagnóstico correcto, así como tratamiento adecuado es posible controlar los síntomas y seguramente mejorará tu calidad de vida.
Un enfoque integral y personalizado de los médicos especialistas permiten que la persona con esofagitis pueda llevar una vida lo más normal posible. En Occident tenemos un amplio cuadro médico de gastroenterólogos y dietistas con los que puedes contar para el diagnóstico y tratamiento.
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