A pesar de que sufrir escalofríos en el embarazo es algo habitual en muchas mujeres embarazadas, es normal que al experimentarlos surjan dudas acerca de su relevancia para el correcto desarrollo del feto. ¿Hay que acudir al médico o por el contrario es algo sin importancia?
Los escalofríos, en general, no son más que contracciones y relajaciones musculares que se producen de manera muy rápida. Son un mecanismo que utiliza nuestro cuerpo para generar calor cuando siente un frío repentino. En ocasiones, los escalofríos también pueden aparecer cuando experimentamos emociones con gran intensidad y que nada tienen que ver con la temperatura del cuerpo: miedo, felicidad, susto, etc. De hecho, embarazo y frío están muy conectados durante las primeras semanas de gestación.
Muchas mujeres afirman sentir pies fríos en embarazo, sobre todo durante las primeras semanas de gestación aunque haga calor. De hecho, embarazo y frío van de la mano, pueses uno de los primeros síntomas (aunque no todas las mujeres lo sienten). Algunas mujeres, en cambio, experimentan la sensación contraria: mucho calor. Y es habitual, pues los cambios hormonales y el aumento del ritmo biológico provocan cambios en la percepción del frío y el calor. Por lo tanto, el frío en el embarazo es una combinación completamente normal, así que tan solo hay que tratar de combatirlo: ropa de abrigo, varias capas de ropa, estar siempre bien hidratada, tomar duchas de agua caliente o salir a la calle y moverse.
Los escalofríos en el embarazo pueden surgir por los motivos antes expuestos (cambios de temperatura o emociones intensas) o pueden venir acompañados de otros síntomas que analizaremos a continuación como la fiebre, dolor abdominal, etc. y que sí requerirían la atención de un especialista de manera inmediata para realizar el tratamiento correcto.
Todo dependerá de si vienen solos o acompañados de otros síntomas. Es normal, por ejemplo, que una mujer embarazada sienta un escalofrío por un cambio de temperatura ambiental. Como decíamos, es un mecanismo del cuerpo humano para compensar la pérdida de calor que se pondrá en marcha con independencia de que se esté o no embarazada. El frío en el embarazo es habitual, de hecho. Ocurre lo mismo si el escalofrío en el embarazo está provocado por una emoción fuerte. En ambos casos no habría nada por lo que preocuparse.
Aunque el frío al principio del embarazo es normal, así como los escalofríos, los problemas surgen cuando vienen acompañados de otros síntomas. En este caso, debes acudir a un médico cuanto antes.
El dolor abdominal al que estamos haciendo referencia es un dolor abdominal persistente que no hay que confundir con la incomodidad habitual del embarazo. Si es dolor abdominal es constante y está acompañado de fiebres y escalofríos es un signo de que algo que no está yendo del todo bien. Si observas estos síntomas, lo mejor es que acudas a un médico lo antes posible.
Ante estos síntomas es muy probable que estemos ante una infección del tracto urinario. Cualquier infección puede tener consecuencias negativas en el feto durante el embarazo por lo que deberemos acudir a nuestro médico ante la menor sospecha. Con el tratamiento correspondiente, no obstante, la salud del feto no debería verse comprometida. Hay que tener en cuenta que la fiebre y la diarrea, además de síntomas de una posible infección, entrañan peligros en sí mismas para el bebé.
El embarazo es un periodo especial, lleno de ilusión, pero también de cambios en el cuerpo de la mujer que no siempre se saben interpretar. Por eso, no hay que tener ningún reparo a la hora de consultar con un médico ante el menor síntoma que nos produzca intranquilidad. Pero si quieres establecer una especie de directrices generales, estos son los síntomas ante los que debes acudir a un médico de manera inmediata.
Por el contrario, durante la gestación se pueden sufrir ciertas molestias que no solo son muy habituales sino que no requieren tratamiento o seguimiento por parte de ningún médico. Es el caso, por ejemplo, de las náuseas - sobre todo si estas se producen en el primer trimestre - estreñimiento; cansancio; molestias en la espalda; insomnio o aumento de las ganas de orinar; y molestias en la zona baja del abdomen similares a las molestias que se pueden experimentar durante la menstruación.
*Fuentes: