Salud
Crisis de lactancia

Crisis de lactancia: ¿qué es y cuánto dura?

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¿Te preguntas si tu bebé y tú estáis en plena crisis de lactancia? Aunque no todos los bebés actúan de la misma manera, sí que es posible que durante su etapa lactante sufran este tipo de crisis que se relacionan con su comportamiento, principalmente al momento que se le está dando pecho. Por ejemplo, es posible que hayas notado que últimamente tu bebé parece no saciarse lo suficiente, está más agitado, tensa las piernas...  En las siguientes líneas te contamos todo sobre esta situación, qué es, cómo reconocerla y cuánto dura.

¿Qué es la crisis de lactancia?

La crisis de lactancia materna son momentos o comportamiento de un bebé cuando está tomando el pecho de su madre. Puede parecer que no está totalmente satisfecho o que cambia su patrón o rutina. Pero es importante saber que forma parte del ciclo natural de amamantamiento.

La causa que da pie a esta crisis es que existe un desequilibrio entre la leche que el pequeño desea tomar y la cantidad que la mamá está generando. Es un comportamiento normal debido a que el bebé tiene la capacidad de autorregular la cantidad de leche que necesita, así que hace pequeños ajustes a su conducta para remediarlo. 

¿Cómo reconocer la crisis de lactancia?

Algunas situaciones que puede presentar el bebé cuando tiene crisis de lactancia son:

  • Que tenga momentos intranquilos
  • Que quiera succionar el pecho de su madre de forma continua
  • Que llore más de lo habitual
  • Que duerma menos de lo usual
  • Que se distraiga con el mínimo detalle

¿Cuánto dura la crisis de lactancia?

Como decimos, la crisis de lactancia es una etapa normal en el crecimiento de un bebé y es importante saber que esta crisis se produce por etapas:

  • Primera etapa: en la segunda semana de vida.
  • Segunda etapa: cuando se cumple el mes y medio de vida.
  • Tercera etapa: a los tres meses de vida.

Primera etapa

En la primera etapa, que suele ser cuando se cumplen los primeros quince días de vida, el bebé requiere comer más, así que aumenta la demanda de leche. Es completamente normal que en esta etapa el pequeño solo desee estar mamando el pecho de su madre: de esta manera estará a gusto y tranquilo.

Segunda etapa

La segunda etapa comienza en el mes y medio. Es habitual que el bebé realice algunos movimientos mientras se le esté amamantando, por ejemplo:

  • Agarrar y soltar el pezón
  • Doblar ligeramente su espalda
  • Estirar las piernas

Pero, ¿a qué se debe tanto movimiento? La leche materna cambia de sabor y se adapta a las nuevas necesidades del sistema digestivo que tendrá el bebé, así que su comportamiento es normal debido a toda la transformación en el cuerpo de su mamá y de él mismo.

Tercera etapa

Y por último, la tercera etapa se da a los tres meses. Este cambio es muy notorio debido a que el pequeño comienza a hacer tomas paulatinas pero abundantes o se retira del pecho si hay ruidos o movimientos externos, por ejemplo. En esta fase, el bebé se caracteriza por tener fuerza y habilidad para succionar, por lo que no debes asustarte si tu niño o niña vacía tu pecho en escasos minutos.

No todas las etapas se dan en los bebés, en algunas ocasiones la crisis puede durar de dos a tres días de acuerdo a la etapa que se encuentre.

Consejos para sobrellevar la crisis de lactancia

Y si te preguntas… ¿qué hacer durante la crisis? Ante todo mantén la calma y descarta con el médico que no sea algún problema de salud. También puedes seguir estos consejos:

  • Permite que tu bebé mame el tiempo que quiera, pero tampoco lo fuerces a hacerlo.
  • Comprueba la posición de tu bebé mientras lo amamantas.
  • Procura hacerlo en un espacio íntimo, sin distracciones para el bebé.
  • Mantén la cercanía con tu pequeño.
  • Busca grupos de lactancia para reforzar el apoyo de otras mamás.
  • Permanece optimista y con buena energía.

La lactancia es una etapa maravillosa, tanto para la madre como para el bebé. Eso no quita que pueda haber días más difíciles que otros, las llamadas crisis de lactancia. Lo importante es mantener la calma, tener la información adecuada y permanecer en contacto con el médico de cabecera. Por ejemplo, el seguro médico familiar puede ser de gran ayuda en caso de alguna necesidad para ti, tu bebé o los demás integrantes, con consultas 24 horas si lo necesitas.

 

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