Hoy queremos hablarte sobre el adenoma de próstata, también llamado hiperplasia prostática benigna, y despejar todas las dudas que puedan surgir sobre este tema. Te contaremos qué es, cómo se detecta, los síntomas que produce y hablaremos de la importancia de los controles anuales. ¡Sigue leyendo!
Un adenoma es un tipo de tumor benigno que se forma a partir del tejido epitelial (de la piel). Hiperplasia significa que hay un aumento en el número de células de un tejido u órgano y, por consiguiente, incremento del tamaño de este.
La diferencia entre un adenoma y carcinoma (tumor canceroso) es que el primero crece más lento y no se disemina, es decir que no produce metástasis en otros tejidos u órganos.
Según la Asociación del Cáncer de Próstata (ANCAP) la hiperplasia prostática benigna afecta a más de la mitad de los varones mayores de 60 años. Esta se produce por un aumento en el tamaño de la glándula prostática.
El aumento de tamaño de la glándula produce una compresión progresiva de la uretra (tubo que permite excretar la orina) y acaba generando dificultad para miccionar.
Las causas del aumento en el tamaño de la próstata no están del todo claras, aunque hay estudios que convienen que pueden deberse a un desequilibrio en las hormonas sexuales. No obstante existen diversos factores de riesgo que predisponen una hiperplasia prostática:
Todos los hombres a partir de los 50 años, o antes si existen antecedentes familiares de cáncer de próstata, deberían realizarse un control urológico para evaluar el crecimiento de la próstata.
El control consiste en un exámen físico donde el profesional realiza un tacto rectal (palpación a través del recto de la glándula prostática). Con este exámen, el urólogo, puede saber si la próstata está agrandada o si existen texturas diferentes que pudiesen indicar cáncer de colon.
Además, también indicará un análisis de sangre para medir el Antígeno Prostático Específico (PSA) y saber su valor. En caso de considerarlo preciso, el especialista, puede realizar una ecografía reno-vésico-prostática para medir el tamaño de la próstata.
Alguno de los síntomas que puedes tener en caso de padecer adenoma de próstata son:
Estos síntomas, cuando aparecen, hay que tratarlos ya que si evolucionan progresivamente pueden provocar otras enfermedades como infecciones urinarias repetidas, formación de cálculos en la vejiga, etc.
El tratamiento de la hiperplasia pasa, en primera instancia, por mejorar los problemas y síntomas relacionados con la calidad de vida. Según la enfermedad sea leve, moderada o grave se tratará de diferentes formas.
Si tienes síntomas escasos y no padeces molestias es probable que tu médico te inste a seguir una conducta expectante, esta consiste en varios puntos:
El tratamiento farmacológico, según la mayoría de los expertos, es el tratamiento de primera línea. Este, como todo tratamiento, necesita de continuidad para que su efecto beneficioso se mantenga. Se recomienda en los casos con síntomas moderados.
El tratamiento quirúrgico está recomendado en las personas que tengan síntomas graves y con complicaciones derivadas de la obstrucción, como pueden ser infecciones urinarias repetidas, cálculos, insuficiencia renal, etc.
En conclusión, a partir de los 50 años es recomendable que te realices una consulta con el urólogo y, en función del resultado obtenido, seguir acudiendo periódicamente a consulta para revisión anualmente para saber cómo está tu salud prostática. Sobre todo para detectar si hay un adenoma de próstata o posibles complicaciones que pudiesen surgir.
Ahora que ya sabes un poco más sobre la hiperplasia prostática benigna, te animamos a consultar con tu médico para despejar cualquier tipo de duda y realizar los controles pertinentes.