Autónomos y pymes
un autónomo es una pyme

¿Un autónomo es una PYME? Descubre aquí las diferencias

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Una de las primeras decisiones que un empresario deberá tomar en el momento de emprender es el formato de su propia empresa, es decir, si quiere ser autónomo o si quiere formar una PYME. Por tanto, es muy probable que te preguntes: ¿un autónomo es una PYME? En este artículo encontrarás las diferencias entre estos dos tipos de empresa, así como las ventajas y desventajas de cada una de ellas.

¿Un autónomo es una PYME? Diferencias conceptuales entre autónomo y PYME

Desde el punto de vista de sus definiciones, según la RAE se pueden observar ciertas diferencias entre lo que es ser una PYME y ser un autónomo:

  • “Un autónomo es una persona física que trabaja por cuenta propia”. Esto significa que no trabaja para una organización de otra persona, sino que lleva a cabo una actividad económica o profesional a título lucrativo, teniendo o no trabajadores a su cargo.
  • “Una PYME es una empresa mercantil, industrial, etc. compuesta por un número reducido de trabajadores y con un moderado volumen de facturación”.

Resumiendo, el autónomo realiza toda o gran parte de la labor de su empresa (aunque pueda contratar a terceras personas) mientras que en una PYME hay un equipo de trabajadores desde un principio. 

Sin embargo las diferencias entre autónomo y PYME van más allá de los conceptos que las definen dado que elegir entre una u otra tiene implicaciones jurídicas, fiscales y mercantiles distintas.

Diferencias jurídicas entre autónomo y PYME

Las diferencias entre autónomo y PYME a nivel jurídico radican fundamentalmente en el pago de deudas y percances similares.

  • Los autónomos, en caso de deuda o situaciones similares tendrán que pagarlas con su propio patrimonio personal. Existen, no obstante, algunas maneras de proteger algunos elementos como la vivienda, si la empresa parte desde una ERL (emprendedor de responsabilidad limitada).
  • En el caso de las PYMEs, al estar constituidas por un cierto número de personas desde un principio, habitualmente terminan formando Sociedades de Responsabilidad Limitada (SL) dado que la tramitación de su creación y de su seguimiento es relativamente sencilla. Una de las ventajas de esta configuración es que se responde a terceros con el patrimonio de la empresa, por lo que el patrimonio personal del propietario queda mejor protegido.

Diferencias fiscales entre autónomo y PYME

Las diferencias fiscales entre un autónomo y una PYME radican en el tipo de impuestos que pagan y las deducciones que pueden recibir:

Impuestos

  • Los autónomos presentan anualmente la declaración de la renta, así como las autoliquidaciones trimestral y anual del IVA. El IRPF de un autónomo suele ser de un 15% y el IVA es de un 21%. En cuanto a deducciones, un autónomo puede desgravar el 50% de los gastos de la empresa.
  • Las PYMEs necesitan preparar y presentar la Declaración de Operación a Terceros para que sus integrantes declaren el IVA. Esto implica que, en vez del IRPF, estas empresas tributan en base  al impuesto de sociedades, cuyo esquema de liquidación está establecido por el ministerio de Hacienda. 

Deducciones

En cuanto a las deducciones, las PYMEs pueden desgravar el 100% de los gastos derivados de su actividad empresarial

Por todo esto, se considera que las PYMEs tienen una mayor carga fiscal.

Diferencias mercantiles entre autónomo y PYME

La principal diferencia aquí es que los autónomos no están obligados a inscribirse en el Registro Mercantil. Las PYMEs, no obstante, sí lo están. De todos modos, constar en el Registro Mercantil transmite más seguridad y fiabilidad desde el punto de vista de otras empresas y de entidades bancarias.  

Esto no significa que sea recomendable para todos los autónomos, ya que aquellos con un trabajo dirigido al público, como un bar, una peluquería o un taller, no necesitan las ventajas de la constancia en este registro.  

Una vez están las diferencias establecidas entre PYME y autónomo, al emprendedor solo le queda informarse más a fondo sobre los detalles de estos pros y contras y… ¡a emprender!

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