Los cheques son una forma muy conocida de realizar pagos y cobros. Sin embargo, a pesar de su popularidad, muchas personas desconocen los tipos de cheques que existen y las características de cada uno. Y esto es muy importante cuando se plantean realizar operaciones mediante cheques.
Por eso, a continuación te explicaremos qué es un cheque y nos centraremos en las dos modalidades más conocidas: el cheque bancario conformado y el cheque bancario. Así que ¡lee con atención!
Un cheque es un documento que una persona, llamada emisora o dadora, extienda a otra, denominada beneficiaria o portadora, por una cantidad de dinero.
Con este documento, el portador puede acudir al banco del emisor y retirar esa cantidad de dinero. El cheque es, por lo tanto, un medio de pago.
Es importante destacar que existen diversos tipos de cheque, principalmente:
El cheque conformado se caracteriza porque coloca al banco como encargado de avalar la solvencia del emisor.
Para ello, el banco que emite el cheque lo hace con un certificado que respalda su cobro.
A través de esta cláusula el banco deja constancia de que en la cuenta corriente del emisor existe dinero para pagar el importe del cheque, y esto le permite retener dicho importe en la cuenta del emisor, que no puede disponer de él para ningún otro fin que no sea pagar el cheque.
El cheque bancario viene firmado por el banco, que es el encargado de pagarlo.
Es decir, que tú no tendrías que extender ningún cheque, ni siquiera tener cuenta en ese banco: el cheque lo emitiría la propia entidad contra cuentas internas suyas.
Esto sirve como una garantía mayor del cobro.
Como ves, tanto el cheque bancario conformado como el cheque bancario buscan garantizar una fórmula de cobro. Pero no lo hacen de la misma forma, y ello tiene sus pros y sus contras:
Así pues, a la hora de extender o querer recibir un cheque es importante ponderar ambas opciones antes de decidirse por una u otra.